Uno de los riesgos a los que se enfrenta el planeta es la dificultad de la sociedad para seguir el ritmo del cambio tecnológico, es una de las conclusiones del Informe de Riesgos Globales 2017 del Foro Económico Mundial, analiza 12 tecnologías emergentes, entre ellas, la inteligencia artificial y la robótica, a las que considera las de mayor potencial en cuanto a posibles consecuencias negativas.
A pesar de su potencial para impulsar el crecimiento económico y resolver problemas complejos, la inteligencia artificial y la robótica son, según los expertos, las mayores impulsoras de riesgos económicos, geopolíticos y tecnológicos. “Una mayor dependencia de la inteligencia artificial creará nuevas amenazas y agravará las ya existentes, como la cibernética o la inestabilidad social. Todo ello hará crucial que la práctica de Gobernanza del Riesgo sea desarrollada a la vez en las organizaciones”, declaraba John Drzik, presidente de Riesgos Globales y Especialidades de Marsh.
El cambio climático está muy presente en el Informe de Riesgos Globales
En este informe completo, de carácter anual, participan casi 750 expertos que evaluaron 30 riesgos globales y 13 tendencias subyacentes que podrían agravarlos o alterar las interconexiones entre ellos. Los expertos concluyen que, además de los riesgos aparejados al rápido cambio tecnológico, la persistencia de patrones como la desigualdad económica y la creciente polarización de la sociedad, así como el cambio climático junto a otras tendencias medioambientales, como el incremento de los fenómenos meteorológicos adversos, son los principales riesgos a los que se enfrenta el mundo.
Es el riesgo medioambiental, una de las preocupaciones señaladas en este informe. Si bien el mundo consiguió importantes avances en el área del cambio climático en 2016 tras la ratificación del Acuerdo de París por parte de una serie de países como EE. UU. y China, el cambio político en Europa y Norteamérica pone en riesgo estos avances. También pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrentarán los dirigentes a la hora de acordar medidas a nivel internacional para hacer frente a los riesgos económicos y sociales más acuciantes.