El País Vasco confía en el desarrollo de toda una nueva industria en torno al vehículo autónomo, que será el nuevo medio de transporte del futuro. Así lo entienden los participantes en el VII Congreso ITS Euskadi organizado por el Clúster de Movilidad y Logística vasco.
Los asistentes y ponentes consideraron que el vehículo autónomo es, en esencia, un vehículo conectado y, como tal, un gran demandante de información. Por tanto la llegada de los coches sin conductor generará la necesidad de una nueva industria con los servicios en la nube como soporte, según explicó Iñaki Etxebarría, de Tecnalia.
En cuanto a la tecnología, todos los ponentes señalaban que los sistemas necesarios para la puesta en marcha del vehículo autónomo ya están desarrollados. Es necesario que algunos pasen de la fase de prototipo a la de producto, pero la tecnología ya está madura y disponible. Aunque, es un hecho aceptado que estos vehículos deben aprender de los expertos humanos
, añadía Joshué Pérez, investigador en Tecnalia.
Vehículo autónomo y transporte público
Respecto a la implantación efectiva del vehículo autónomo, Michel Parent, investigador del INRIA francés de amplia trayectoria en torno al vehículo conectado, destacaba que la industria automovilística está previendo sus primeros lanzamientos de coches sin conductor para el año 2020, e incluso ya, como en el caso de Tesla. Este horizonte se amplía hasta el año 2040 o incluso 2070, según las fuentes, si nos referimos a un parque automovilístico 100% autónomo
, explicó Sergio Jorrín, de la empresa Geograma.
No obstante, Parent indicaba que el gran impulso que desde la Comisión Europea se está otorgando a los vehículos automatizados tiene como objetivo su complementariedad con el transporte público, para que este último sea más efectivo. Según exponía, desde el año 2000 la Comisión Europea está impulsando proyectos que combinan el transporte público e incluso el coche compartido, con lanzaderas autónomas que se encargarían de trasladar a los viajeros hasta el centro de las ciudades. Este es el caso del proyecto CityMobil2, probado recientemente en San Sebastián.