Hablar de residuos urbanos y pensar en las basuras que generan los hogares, comercios y locales de hostelería, es habitual. Pero esa fotografía es incompleta si no añadimos muchos otros espacios donde se producen desechos. Las infraestructuras críticas para una ciudad son una de las fuentes donde, generalmente, mayor cantidad de desperdicios se producen, por lo que su adecuada gestión se hace esencial.
Una de esas infraestructuras fundamentales en el entorno urbano son los hospitales, que por su actividad, requieren de un especial cuidado y atención en la recogida de sus desechos. Garantizar una gestión higiénica y segura en todo momento, cobra especial relevancia en unas instalaciones en las que se protege la salud de las personas.
¿Cómo pueden afrontar estos centros la eliminación de sus basuras de una forma inteligente? El ejemplo más reciente de una gestión de residuos innovadora se encuentra en Canadá. El Jewish General Hospital de Montreal acaba de incorporar un sistema neumático para gestionar los residuos de 254 camas, transportados a través de dos tuberías por el interior del centro hospitalario. Una de ellas se dedica a la ropa blanca y, la otra, a los residuos generales.
La compañía Envac Iberia, creadora del sistema de gestión de residuos mediante tuberías subterráneas e interiores, ha sido la encargada de diseñar e instalar este método en un hospital de Canadá. En este caso, el sistema se ha instalado en un edificio ya construido que necesitaba mejorar la eficiencia relacionada con los procesos críticos de la logística hospitalaria. La nueva instalación genera ahorros cercanos al 20% en la gestión de la logística inversa, según las previsiones de la dirección del hospital.
Este proyecto se ha llevado a cabo en un área de 8.000 metros cuadrados en la que se concentran los servicios de urgencias y cuidados intensivos de este centro, y donde se han instalado 550 metros de doble tubería con 45 compuertas de entrada al sistema.
¿Cómo funciona?
La estructura de la recogida neumática parte de una serie de compuertas de vertido de los residuos que se sitúan, de manera estratégica, en el edificio hospitalario. A través de estas compuertas, el personal auxiliar de limpieza se desprende de los residuos. Las bolsas con los desechos viajan por una red de tuberías realizadas en acero al carbono, por las que son transportadas mediante la fuerza motriz de una corriente de aire.
El paso de los residuos a la red general se regula mediante unas válvulas que se sitúan debajo de cada grupo de bajantes. Una vez las bolsas llegan a la central de recogida, dotada de diferentes contenedores, uno por cada fracción o tipología de residuo (ropa blanca, residuos orgánicos, etc.), se consolidan los desechos antes de ser conducidos a las respectivas centrales de tratamiento. Todo el proceso está monitorizado de forma automática por un sistema informático.
Este tipo de recogida evita que los residuos permanezcan en planta en el hospital y se minimiza el contacto del personal con los desechos, así como impide la filtración de líquidos residuales, que pueden ser tóxicos, por la naturaleza hermética del sistema.
A la vez, elimina el uso de ascensores y la necesidad de cuartos intermedios para ubicar los residuos, ya que las bajantes se pueden utilizar de manera simultánea para almacenarlos, lo que supone un ahorro de energía. Además, el sistema puede recoger residuos a más de 2 kilómetros de distancia desde la central de recogida.
Desarrollo en instalaciones hospitalarias
El hospital canadiense no es el único que dispone de este tipo de gestión de desechos. La primera de ellas se llevó a cabo en 1961 en el Hospital de Sollefteå, en Suecia, y hasta hoy se ha implantado en más de 60 centros sanitarios en todo el mundo, que representan 42.000 camas.
De hecho, esta fue la primera instalación del sistema tras ser desarrollado por Envac. A partir de entonces, iniciaron el desarrollo de esta tecnología con vistas a implantarla en otro tipo de ubicaciones como urbanizaciones residenciales, cascos históricos, edificios singulares y aeropuertos, y hasta la fecha son más de 700 instalaciones las que están operativas en todo el mundo.
En España, el sistema se ha implantado en tres centros sanitarios que suman en total 1.500 camas: el Hospital Sant Pau, en Barcelona, y los Hospitales Santa Lucía y Los Arcos, en Murcia. En el primero, el sistema transporta ropa blanca y resto, y en los otros dos, el sistema gestiona además los envases.
La recogida neumática también está presente en el Hospital Beijing Electric-Power, en China, donde da servicio a 1.200 camas. Noruega es otro de los países que cuenta con esta gestión. El St Olavs Hospital de Trondheim, gestiona los residuos de papel, plástico y resto mediante un sistema de tuberías que abarca 206.000 metros cuadrados del complejo hospitalario.