El último informe de la Organización Mundial de la Salud sobre contaminación del aire indicaba que el 92% de la población de todo el mundo vive expuesta a altos niveles de contaminación, y cifraba en 6,5 millones las muertes causadas en 2012 por las partículas nocivas que se encuentran en el aire. Un problema que ocupa y preocupa a muchos gobiernos del mundo.
Solamente en España, el coste sanitario asociado a la contaminación del aire en 2013, estuvo cerca de los 45.000 millones de euros, según el reciente estudio El coste de la contaminación atmosférica publicado por el Banco Mundial.
Entre tantos datos negativos que no dibujan un presente y un futuro inmediato nada halagüeños en las ciudades, un grupo de jóvenes profesionales se lanzó a buscar respuestas en la innovación tecnológica. Pero no solamente las hallaron en esta área. La solución a este problema enorme está basada en un sistema que lleva funcionando millones de años, nosotros utilizamos tecnología para hacerlo mejor
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Así lo expresaba en la conferencia Ecosummit Berlín 2015 Zhengliang Wu, uno de los creadores del ‘CityTree’, una estructura inteligente que ejercer labores propias de un árbol en entornos urbanos. Ya es posible pasear por París y encontrar en la Plaza de la Nación alguna de estas instalaciones como parte de un proyecto de Smart City para la ciudad del Sena. Estructuras de cuatro metros de alto que, según sus creadores, purifican el aire de las partículas perjudiciales para la salud, como el óxido de nitrógeno y el ozono, tal y como lo harían 275 árboles.
Este ‘árbol urbano’ une Internet de las Cosas (IoT) y el poder natural purificador del aire que tienen las plantas. Y lo hace mediante el uso de un tipo de musgo que forma una pared vertical conectada a un sistema con tecnología de IoT.
El musgo tiene una alta capacidad para captar la contaminación del aire de su alrededor, que posteriormente convierte en su propia biomasa. Este musgo se come, literalmente, las partículas contaminantes
, explica Dénes Honus, CEO y confundador de Green City Solutions, la startup alemana responsable de esta solución tecnológica.
Sus propiedades no han pasado desapercibidas en el mundo de la innovación en materia de lucha contra la contaminación ambiental. Un ejemplo de su importancia es el consorcio europeo de investigación ‘Moss Clone’, que trabaja para generar un procedimiento de monitoreo de la calidad del aire, mediante la creación y testeo de un clon de musgo que actúe como un sensor de contaminantes. La Universidad de Santiago de Compostela forma parte de este consorcio, junto a otros socios de Alemania, Francia, Italia e Irlanda.
Biotecnología para la ciudad
Según los resultados obtenidos en testeos y en despliegues del ‘CityTree’ en ciudades como Oslo (Noruega) y Dresden (Alemania), cada una de estas estructuras es capaz de reducir la contaminación local en un área de 50 metros a su alrededor, en un porcentaje que supera el 30%. Tenemos un departamento que se encarga de evaluar cuál es el mejor emplazamiento para situar los árboles y cuál es la orientación más conveniente
, puntualiza el cofundador de la compañía y CIO Zhengliang Wu.
Aseguran que el ‘árbol urbano’ es capaz de evitar la emisión de más de 200 toneladas de CO2 al año y, al mismo tiempo, se encarga de generar aire limpio ocupando hasta un 99% menos de espacio y terreno que los 275 árboles a los que equivale su función purificadora.
Entre las ventajas que le atribuyen sus creadores se halla su casi
total autosuficiencia. Para lograrlo, el ‘árbol’ lleva integrado un sistema de recolección de lluvia y un tanque de almacenamiento de agua, al que se suma un método que conecta la irrigación automática con el sistema de monitoreo
del ‘CityTree’, tal y como especificaba en su ponencia Zhengliang Wu.
La estructura tiene conexión wifi e incorpora un sistema de algoritmos que analiza los flujos de partículas. Además, genera datos de calidad del aire y del clima de la urbe, que pueden ser incorporados a las bases de datos abiertos de la ciudad, para su análisis a la hora de tomar decisiones relativas a cuestiones climáticas.
Por otra parte, cuenta con una pantalla para mostrar información visual sobre calidad del aire o sobre el clima, entre otros contenidos, alimentada mediante energía limpia generada por la incorporación de un panel fotovoltaico.
Los socios de la startup alemana miran ya al mercado asiático como lugar de destino de estas estructuras para ciudades inteligentes. Países como China, que presupuesta cada año grandes cantidades de dinero para combatir la contaminación, se presentan como una oportunidad para la compañía. Su primera incursión tuvo lugar el pasado verano, con la instalación del primer ‘CityTree’ en Hong Kong, que se suma a los ‘árboles inteligentes’ que forman parte del paisaje urbano de ciudades europeas como Jena y Hannover (Alemania) o París.