El servicio experimental de vehículo compartido puesto en marcha hace año y medio en Grenoble, ciudad situada en los Alpes franceses, arroja sus primeros resultados y patrones de uso que indican que los usuarios prefieren utilizan estos vehículos eléctricos entre semana, como una opción más de transporte multimodal, para trayectos urbanos cortos tomando el automóvil en una estación de carga y dejándolo en otra, sin realizar el trayecto de vuelta. Las estaciones más utilizadas son las próximas a la estación de ferrocarril de la ciudad.
Son datos recogidos por los socios del programa, denominado Cité Lib by Ha:mo que ya tiene más de 1.000 usuarios del área metropolitana de la ciudad que cuenta con 450.000 habitantes procedentes de 49 municipios de la zona. El programa se puso en marcha como medida para resolver los problemas de congesión y contaminación de la ciudad poniendo a disposición de los usuarios 70 vehículos eléctricos ultracompactos de uno de los socios del proyecto, Toyota.
Los vehículos pueden reservarse a través de un smartphone hasta una hora antes de su uso y están ubicados en alguna de las 27 estaciones de carga instaladas. Para su uso, los conductores pueden utilizar las tarjetas específicas del servicio de car-sharing o cualquier título de abono de transporte público de la región.
Según el director del programa, Martin Lesage, las conclusiones de los primeros meses de funcionamiento del servicio “son muy alentadoras”. Según una encuesta realizada el pasado mes de marzo a los 400 usuarios más activos, el 92% decía estar satisfecho o muy satisfecho con el servicio y valoraban su comodidad y el respeto al medio ambiente por encima de otros aspectos.
El perfil medio de usuario de este servicio utiliza varios tipos de transporte, lo que incide en la idea de la multimodalidad. Más de cuatro de cada diez tiene abono de transporte público, el 54% utiliza bicicleta al menos dos o tres veces a la semana y el 74% dispone de un vehículo propio.
La comunidad virtual que los usuarios de este servicio utilizan ha permitido poner en marcha algunas de sus sugerencias y actualmente se estudia la posibilidad de ampliar el uso del vehículo compartido a la franja de edad entre 16 y 18 años como transporte alternativo barato, seguro y limpio a los ciclomotores y motocicletas.