Las TIC como factor de lucha contra el Cambio Climático para 2030

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden hacer que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera por parte de la industria en un 15% para el año 2030, un porcentaje que supera la huella de carbono de Estados Unidos y la Unión Europea juntas. 

Es el principal dato que se desprende de la edición número 23 del Informe Anual sobre Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa editado por Ericcson y que relaciona de manera directa la lucha contra el cambio climático y la generalización de las TIC. Además, el informe pone de manifiesto cómo las TIC pueden apoyar e incluso acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por naciones Unidas en 2015.

El mundo afronta grandes retos: cambio climático, garantizar el respeto a los derechos humanos y crisis globales humanitarias, todas ellas áreas en las que la tecnología puede jugar un papel clave. Así lo expresa Elaine Weidman-Grunewald, responsable de Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa de Ericcson, quien cree que en un año fundamental para la lucha contra el cambio climático, como fue 2015 con el acuerdo alcanzado en París, se hacía necesario promocionar activamente el papel de las TIC en la puesta en marcha de la economía baja en carbono

Cómo pueden las TIC reducir las emisiones

La compañía efectúa un análisis por el que determina que el consumo energético total de las TIC, desde el acceso a dispositivos, los núcleos, las redes de transporte, hasta los centros de procesamiento de datos, pueden ser expresados en niveles de emisiones de gases de efecto invernadero que producen y éstos, medidos en su equivalencia en emisiones de dióxido de carbono.

Partiendo de esta base, Ericcson ha elaborado su investigación acerca de la huella de carbono de las TIC desde la perspectiva de su ciclo vital. Estos estudios, en los que se ha calculado el ciclo vital de productos y servicios TIC, muestran que esos productos en funcionamiento suponen en torno a dos tercios de la huella de carbono proveniente de las TIC. El tercio restante viene de la fabricación y el transporte de los equipamientos y dispositivos.

Dentro de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, el consumo energético a partir de redes fijas supuso más del 85% del total consumido por el sector en 2015. En cambio, el consumo en redes móviles es menor porque los dispositivos son alimentados con baterías pequeñas con capacidad limitada y diseñadas para un consumo eficiente.

Pero poco a poco, el cambio de los ordenadores de sobremesa a portátiles, así como la mejora en los centros de datos y en la eficiencia energética de los componentes, ha llevado a una menor necesidad de energía en este tipo de tecnologías fijas. 

Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en los países que registran una alta tasa de uso de las TIC, la huella de carbono ha empezado a disminuir, ya que el uso de dispositivos móviles crece mientras que el de grandes y menos eficientes dispositivos fijos va disminuyendo.

Sin embargo, el creciente uso de las TIC en muchos países en desarrollo hace que las previsiones en cuanto a la responsabilidad que tendrán los gases de efecto invernadero provenientes de las TIC en la cifra total sea de un 2%. Y de esta cantidad, un cuarto provendrá de las tecnologías móviles, frente a tres cuartos de las fijas.

Por lo que Ericcson apunta que la red móvil es el lugar en el que todos los sectores deben trabajar, mejorando el rendimiento energético y la búsqueda de oportunidades para reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2, puesto que entienden que las TIC móviles tienen un potencial único para permitir a otros sectores industriales su transformación y con ella, la reducción de su impacto ambiental.

Economía circular

Para lograr que la reducción de la huella de carbono venga de la mano de las TIC, el informe habla de un enfoque basado en la economía circular. A partir de la evaluación del ciclo de vida de productos y servicios TIC, abarcando y diferenciando en ella desde la extracción de la materia prima, el diseño, la fabricación y el transporte, hasta su utilización y desmontaje, establecen un círculo que termina con una gestión adecuada de los materiales al final de su vida útil, para convertirlos en recursos.

Para el análisis de cada una de las fases de la evaluación (aplicable también a cualquier producto o servicio de otro sector industrial), creen que existe una solución basada en las Tecnologías de la Información y la Comunicación que mejoren la eficiencia en todas ellas, desde el diseño eficiente, hasta el transporte inteligente de los materiales y productos, entre otras fases.

Estas soluciones se basan en las redes de comunicaciones avanzadas que ya se utilizan para controlar la energía de grandes infraestructuras y espacios públicos, los contadores inteligentes para monitorizar el consumo, el establecimiento de redes de energía inteligentes que permiten el aprovechamiento de la generada por renovables, sistemas de gestión del tráfico que permiten planificar rutas más eficientes, etc.

Para lograrlo, en el informe se habla de la creciente importancia de la siguiente generación de banda ancha móvil 5G, Internet de las Cosas (IoT en sus siglas en inglés), inteligencia artificial e impresión 3D, así como otras herramientas tecnológicas, que facilitarán soluciones que aportarán impredecibles avances en salud, educación, servicios energéticos, producción, agricultura, monitorización y protección medioambiental.

¿Y las ciudades?

El estudio reconoce el potencial socioeconómico de las ciudades que, según datos del Banco Mundial, generan más del 80% del PIB mundial. Pero también son emisoras, de una manera muy significativa, de gases de efecto invernadero, pasando del 67% actual a una previsión que alcanza el 74% del total de emisiones en 2030 según datos de la Agencia Internacional de la Energía. 

Por tanto, se les atribuye un papel protagónico en la lucha contra el cambio climático y el aumento de la resiliencia con la ayuda de las TIC. Desde el informe y bajo las premisas de la iniciativa de Naciones Unidas Habitat, consideran que las ciudades deben dar cinco pasos en su aportación al cambio hacia una economía baja en carbono.

Estos se resumen en definir y acordar una estrategia de sostenibilidad con objetivos concretos, promover la urbanización sostenible mediante una planificación urbana integral que contemple el marco legal y la financiación, crear estructuras de gobierno en red, participación con todos los actores interesados y forjar y fomentar asociaciones a largo plazo.

 
 
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