El acuerdo de París es una oportunidad para la transición hacia una economía baja en carbono.
Así lo ha afirmado el comisario de Energía de la UE, Miguel Arias Cañete, durante su discurso sobre el seguimiento de la COP21 en la sesión pública del Consejo de Medio Ambiente.
En él, ha destacado el objetivo a largo plazo para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 º C y su mecanismo de revisión, siendo, a su juicio, el año 2018 la primera oportunidad para evaluar los esfuerzos colectivos para alcanzar ese objetivo ante de la primera Stocktake mundial en 2023. Este acuerdo es además consciente de lo que exige la ciencia, así como una forma ambiciosa de objetivo de mitigación, apunta, y lo más importante, está diseñado como un primer paso en una hoja de ruta hacia una economía baja en carbono
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De cara a 2030, la Comisión está preparando propuestas para los sectores no ETS, incluyendo el reparto de esfuerzo y de uso de la tierra, cambio de uso de la misma y silvicultura, así como un nuevo mecanismo de gestión para racionalizar la planificación y presentación de informes para el periodo post-2020. Esto también cubrirá la política energética, con la revisión de la eficiencia energética y las directivas de energía renovables, así como nuestro trabajo en el diseño del mercado eléctrico previsto para el otoño.
Además, considera que debemos seguir apoyando a los países en desarrollo en la ejecución de sus planes nacionales de acción climática con este tipo de programas de apoyo. Para lo cual la UE y los Estados miembros, dice, deben cumplir con el compromiso de ampliar la movilización de fondos para el clima con el fin de contribuir los 100 millones de dólares por año en 2020.