El nuevo tramo de la línea 9 del Metro de Barcelona supone un crecimiento del orden del 20% en la dimensión de la red de metro y es también la primera vez que en Europa se estrena una línea automática tan larga. El nuevo tramo supone que el 25% de la red de metro de Barcelona será de conducción automática.
La apertura de la L9 Sur comporta que 30,5 km de la red de metro funcionen con el más alto nivel de automatización, GoA4, con lo que Barcelona se sitúa como referente en la tendencia hacia la implantación de soluciones automatizadas en los metros de nueva construcción e incluso en las remodelaciones de líneas antiguas.
Una de las ventajas de la conducción automática implementada en toda la L9, es la adaptación de las frecuencias en función de la demanda. Y es que la oferta de servicio prevé refuerzos en bucle añadidos al carrusel básico, para conseguir intervalos de menos de 4 minutos en trayectos parciales con motivo de puntas de demanda. Esta funcionalidad se ofrece junto con la elevada seguridad que proporcionan los sistemas de control y la existencia de puertas de andén para separar el espacio de los pasajeros y los trenes.
Otras novedades que incorpora el metro automatizado es un sistema de información al usuario, conectado automáticamente a los trenes, así como la validación de salida en estas estaciones y la existencia de máquinas de venta del billete especial de aeropuerto en el interior de las líneas de peaje.
Este nuevo tramo de la L9, de casi 20 kilómetros de longitud y 15 estaciones, todas accesibles a personas con movilidad reducida, conecta la Zona Universitaria con la T1 del aeropuerto de Barcelona – El Prat en 32 minutos, con una frecuencia básica de 7 minutos los días laborables. La demanda estimada del nuevo tramo de metro es de 23 millones de viajes anuales y la inversió realizada es de 2.899 millones de euros.