Liubliana estrena título y reconocimiento como Capital Verde Europea 2016, premio que concede la Unión Europea desde 2010. La concesión del premio a la capital de Eslovenia, que se dio a conocer en 2014, es fruto de un plan de trabajo que la ciudad viene realizando desde hace nueve años y que resultó vencedor entre otras ciudades finalistas.
A lo largo de la historia del Premio Capital Europea Verde, más de 100 ciudades han intentado hacerse con el reconocimiento, 30 han sido finalistas y solamente ocho han obtenido el título, entre ellas la ciudad española de Vitoria-Gasteiz, que ostentó el título en el año 2012. Pero, ¿qué es lo que lleva a una pequeña ciudad a convertirse en modelo y ejemplo de ciudad sostenible?
Liubliana ha trabajado en los últimos años en áreas fundamentales para llegar a ser una ciudad inteligente, sostenible y verde, con actuaciones que se han materializado en gestión de agua y de residuos, en materia energética y de calidad del aire, transporte, turismo sostenible y naturaleza. Entre las medidas puestas en marchas y previstas para este año, se encuentran algunas ideas novedosas que pueden ser llevadas a la práctica en otras ciudades europeas y ser fuente de inspiración para autoridades locales de todos los estados miembros.
Transporte
La ciudad, como otras muchas capitales europeas, cuenta con un sistema de préstamo de bicicletas desde 2011, mediante el que los vecinos de la capital pueden recorrer la ciudad en alguna de las 360 bicicletas públicas disponibles repartidas en 36 estaciones. Estas bicicletas pueden ser prestadas mediante la tarjeta inteligente de transporte, que también sirve para las rutas de autobuses urbanos y regionales, para rutas escolares y para cosas tan dispares y tan útiles como subir al funicular que lleva hasta el castillo de la ciudad, pagar la plaza de aparcamiento en determinadas zonas gestionadas por el Ayuntamiento o tomar prestado un libro de la biblioteca pública. Para este año 2016 está prevista la mejora de los trámites online para la adquisición y recarga de la tarjeta.
Sin duda el elemento más curioso en materia de transporte ecológico que recorre las calles del centro de Liubliana es el llamado Kavalir. Se trata de un tipo de vehículo eléctrico puesto en circulación en todo el casco histórico de la ciudad y en las calles en las que el tráfico está restringido, con el fin de transportar a los visitantes de mayor edad y a aquellos que tengan alguna discapacidad y no puedan recorrer el centro caminando. Actualmente están en circulación dos vehículos abiertos y otros dos cerrados pensados para los rigores del invierno. Además su uso es gratuito.
Por otra parte, destaca la peatonalización del casco histórico de la ciudad, restringido al tráfico motorizado desde 2007 y que ha convertido estas calles en punto de encuentro de la vida social urbana y escenario de eventos culturales y deportivos. Además, con el fin de disuadir a los usuarios del uso del coche en la medida de lo posible, el Consistorio ha puesto en marcha el denominado sistema P+R, que habilita gran número de plazas de aparcamiento en las principales zonas de acceso al centro de la ciudad para dejar aparcado el coche todo el día y seguir camino a la ciudad en transportes sostenibles. Por este motivo, el acceso a cualquiera de las más de 2.000 plazas de parking habilitadas en cinco zonas de la ciudad incluye dos billetes de autobús urbano.
Gestión de residuos
Liubliana fue la primera ciudad europea en adoptar el programa Residuos Cero, por el que se comprometió a que, para el año 2025, al menos tres cuartas partes de los residuos recogidos serían separados, entre otras cosas. De hecho, actualmente es la ciudad europea con un mayor porcentaje de basura separada, con un 63%. En los últimos diez años la cantidad de residuos recogidos de manera separada ha aumentado de 16 a 145 kilogramos por habitante. A día de hoy, la ciudad cuenta con 53 puntos en los que se pueden encontrar sistemas de recolección subterránea y está prevista la instalación de otros 40.
Por otra parte, se ha puesto en marcha un proyecto basado en la reutilización de objetos, que trata de incentivar a los ciudadanos para que den una segunda vida a cosas que aún pueden ser utilizadas. Se han realizado vídeos, talleres e intervenciones urbanas para desterrar la idea de que lo nuevo es mejor que lo ya usado. Además se ha abierto un Centro de Reutilización en forma de tienda que incorpora taller de reparación y de costura y que imita la decoración de una vivienda a partir de objetos reutilizados que pueden comprarse a precios simbólicos.
Turismo sostenible
La ciudad se ha especializado, además de en turismo cultural, en una oferta sostenible muy vinculada con la naturaleza. Así, a día de hoy, es posible pasear por el río sobre una tabla de paddle surf o recorrer la orilla del río en bicicleta o a pie por alguna de las vías verdes disponibles. Las orillas han sido transformadas en áreas destinadas a visitantes y locales y la distancia entre ambas se ha salvado con la construcción y renovación de nueve puentes.
Como novedad, la ciudad también ha puesto en marcha en colaboración con bares y restaurantes un proyecto denominado ‘Los Sabores de Liubliana’, por el que se potencian los platos tradicionales elaborados con ingredientes de proveedores locales y libres de aditivos artificiales.
Naturaleza
Es uno de los puntos fuertes de la ciudad, que cuenta con 542 metros cuadrados de zonas verdes públicas por habitante. Dispone de tres parques de grandes dimensiones muy cerca del centro de la ciudad y alrededor de 80 de sus hectáreas verdes son nuevas zonas recuperadas de antiguas áreas industriales abandonadas. Más del 46% del área de la ciudad está cubierta por bosques autóctonos.
Una de las líneas de trabajo en el área de naturaleza ha sido la creación de huertos urbanos que favorezcan el autoabastecimiento de verduras y hortalizas. Actualmente hay más de 300 parcelas dispuestas para este uso y está prevista la asignación de otras 442 parcelas a lo largo de este año. Además, el Ayuntamiento ha plantado más de 100 árboles frutales cuyo cuidado se realizará de manera ecológica y sin aditivos químicos.
Energía y calidad del aire
Su plan energético se enmarca dentro del Horizonte 2020 y prevé la renovación integral de edificios mediante cooperación público-privada que garantice por contrato el ahorro de energía. La introducción de sistemas de monitorización para todas las instalaciones de gestión municipal permitirá identificar y reparar de manera rápida y eficiente las posibles averías y fugas.
Además, las empresas públicas municipales ya utilizan una flota de 120 vehículos de gas natural comprimido (GNC) y se han reemplazado más de 13.000 lámparas públicas, que mantienen su diseño tradicional pero están basadas en tecnología LED.
Uno de los aspectos más interesantes en materia de eficiencia energética en Liubliana, es su sistema de climatización (District Heating System) por el que mediante un sistema de cogeneración se distribuye calefacción y gas a los barrios, mejorando la eficiencia energética y reduciendo las emisiones de dióxido de azufre (SO2) que es 40 veces menor que hace veinte años. El 10% de la electricidad que se produce mediante este sistema proviene de la biomasa de unas 70.000 toneladas al año de astillas de madera. Actualmente, el 73% de los hogares de la capital utiliza este sistema de calefacción y el objetivo es alcanzar el 80% para el 2024.
Gestión de agua
La ciudad tiene numerosas fuentes repartidas en diferentes puntos, que no solamente cumplen una función decorativa, sino que dispensan agua potable que cualquier persona puede beber. Desde 2008 se ha trabajado en la instalación de estos surtidores de agua y, curiosamente, existe una aplicación para el móvil que ofrece información sobre la localización de cada una de las fuentes. Por otra parte, el agua potable de la ciudad no está tratada de forma química y proviene de las numerosas fuentes de agua subterránea que rodean el área urbana. Con el fin de que los más pequeños aprendan a valorar el agua de la ciudad, se ha puesto en marcha un proyecto web llamado Cevko.si, que a través de juegos enseña la historia del agua y por qué hay que cuidarla.