La coyuntura de crisis económica que se viene produciendo desde 2008 ha dado lugar a nuevos modelos de interacción social o a la vuelta a antiguos métodos (como el trueque), con la novedad de introducir las oportunidades y ventajas que aportan las nuevas tecnologías.
Actividades de cariz económico pero que no entrañan intercambios monetarios, tales como el voluntariado, bancos de tiempo o el trueque, se agrupan bajo el epígrafe de ‘economía no monetarizada’. Esa falta de conexión con la economía monetarizada preponderante dificulta su cómputo, no obstante, tiene un indudable valor económico, en especial, en áreas cubiertas normalmente por los servicios sociales de las administraciones públicas.
En este contexto surge el proyecto CROSS (Citizen Reinforcing Open Smart Synergies) en 2012, como fruto del consorcio formado por las ciudades europeas de Sevilla, Turín, Roma y Mánchester; proveedores tecnológicos y fundaciones sin ánimo de lucro.
CROSS es un proyecto cofinanciado por la Unión Europea dentro del Programa Macor Europeo CIP (Framework Programme for Competitiveness and Innovation), nacido con el propósito de crear un ecosistema innovador y una nueva nueva forma de pensar para poder abordar los retos y dificultades derivadas de la crisis económica.
La iniciativa aspira a dar valor a las actividades de voluntariado, a la que el Parlamento Europeo se refiere como el recurso renovable más sostenible
, por medio de la creación y uso de una plataforma digital capaz de hacer de nexo entre las administraciones públicas, las organizaciones de voluntariado y los propios usuarios.
Digitalización de los servicios
Así, el proyecto de cooperación plantea un triple objetivo:
- Utilizar de la digitalización de los servicios y las transacciones de las actividades no monetarizadas de sus respectivas ciudades para mejorar e innovar en esos servicios.
- Potenciar los efectos sobre los receptores, organizaciones intermedias y sociedad en general, partiendo del propósito inicial de atender a personas en proceso de envejecimiento, fomentar la inclusión social de grupos en desventaja económica e inmigrantes, paliar el abandono escolar, y apoyar a personas con discapacidad y diversidad funcional.
- Promover la subsidiariedad horizontal, de modo que el gobierno de los ecosistemas no se reduzca a modelos jerarquizados, sino que el propio conocimiento de la cantidad y la calidad de los datos por parte de todos los agentes desemboque en modos de gestión horizontales y colaborativos.
El proyecto fue aprobado por la Comisión Europea en 2012 y se desarrollará hasta mayo de 2016 en las cuatro ciudades europeas mencionadas. Las primeras tareas consistieron en proyectar iniciativas preexistentes hasta cubrir volúmenes de población acordes con el tamaño de las ciudades, al tiempo que se extendían a todos los distritos y se generaban comunidades de usuarios y programadores que posibilitaran la continuidad a largo plazo de CROSS en esas ciudades.
Asimismo, busca la expansión a otras ciudades, por medio de acuerdos de utilización de la infraestructura y la aceptación del marco general de gobernanza, así como por el manual de implantación basado en buenas prácticas, y la innovación en los propios servicios a partir del análisis de los datos operativos.
Observación y análisis de datos
Con todo, los mayores beneficios que se han obtenido del proyecto provienen de la observación, por parte de todos los agentes, de los datos automatizados de las transacciones y de los procesos administrativos asociados, algo que no existía en el pasado, debido al bajo nivel de digitalización.
Gracias a estos datos, se puede observar cómo se canalizan los flujos económicos, dónde afloran necesidades que pueden ser cubiertas por los agentes participantes o admitir nuevos participantes, e inclusive, cómo es posible establecer canales entre la economía no monetarizada y la monetarizada, por medio de políticas de incentivos, compensaciones y patrocinios.
Por ejemplo, la experiencia de CROSS ha llevado a la promoción de usos de los datos de economías no monetarizadas para el análisis de las bolsas de capacitación y empleo, algo hasta ahora inexplorado y novedoso.
Las cuatro ciudades participantes y otras asociadas en su entorno alimentan con sus datos un sistema global que ofrece una perspectiva del funcionamiento y da pistas para la implementación de nuevas políticas, tanto a nivel general, como particular de cada municipio.
Los datos de la ciudadanía se tratan de forma anónima, con propósito únicamente estadístico, con el fin de mantener toda la operación conforme con las diversas legislaciones sobre protección de datos de los países implicados. Esta preservación de la privacidad se mantiene desde la propia operativa individual de registro y acceso a los servicios, hasta las funciones de administración y análisis que llevan a cabo las instituciones y las asociaciones intermedias.
Piloto en Sevilla
En la ciudad de Sevilla, tanto las actividades de la Asociación de Amigos de los Servicios Sociales, como el Banco de Tiempo existente, tienen automatizada su gestión, intercambio y comunicación a través de una aplicación web desarrollada por una asociación propia de la ciudad.
Los servicios se ofrecen personalmente a través de la aplicación y también como resultado de las reuniones de las organizaciones involucradas. La difusión del mismo es llevada a cabo por los propios participantes del programa. La conexión con otros bancos de tiempo se encuentra designada por ahora a una agencia especializada.
Manchester
En Manchester, CROSS se basa en la creación de una red de plataformas y actores que ofrezcan servicios para ayudar a personas en riesgo de exclusión (pobreza extrema, mayores, desempleados, etc.), la rápida identificación de las necesidades y la capacidad de ayudar a otros con voluntarios y no voluntarios dentro de la comunidad.
El proyecto utiliza dispositivos móviles para llegar a las personas y formar parte del ecosistema local. El fin es promover la participación ciudadana en el bienestar de sus comunidades a través de intervenciones locales apoyadas por la comunidad y negocios de la zona. Para conseguirlo, se ha propuesto la creación de una banda ancha basada en infraestructura tecnológica que permita a los ciudadanos interactuar entre ellos.
Turín y Roma
Turín y Roma buscan, igualmente, crear una red estable de actores que operan en la prestación de servicios para personas en riesgo de exclusión social, como ancianos, personas con discapacidad, personas que sufran ‘bullying’, abandono escolar, etc., que permita identificar tan pronto como sea possible las necesidades y propuestas de intervención en cada caso.
Además de las ciudades piloto, forman parte de este proyecto: Poste Italiane (Coordinador del proyecto), Tecnalia, Sparta Technologies, Everis, Fundazione Italiana Nuove Comunicazioni y Comunità di Sant’ Egidio.