El Centro de Innovación del Sector Público de PWC e IE Business School y Telefónica han presentado el estudio ‘Smart Cities, la transformación digital de las ciudades’ que desvela las percepciones y prioridades tanto del ciudadano como de expertos y responsables públicos en el entorno de las ciudades inteligentes, y realiza además un diagnóstico de la realidad sobre las Smart Cities.
Que España está a la vanguardia internacional de las Smart Cities es el principal mensaje que se extrae del informe, y señala a ciudades como Santander, Burgos, Valencia, Cáceres, Badajoz, Coruña, Málaga, y Barcelona entre otras como las más vanguardistas.
Otra de las principales conclusiones del estudio, basado en más de 1.200 entrevistas a ciudadanos, de España y a 40 expertos, es que los ámbitos de sanidad y salud, medioambiente y educación son los más relevantes para los ciudadanos. La seguridad también está en las prioridades. En la escala de intereses ciudadanos, los aspectos menos valorados son la economía local, la movilidad y el tráfico y, en último lugar, el gobierno municipal, que es, además, el ámbito que más recorrido tiene en términos de mejora de la satisfacción.
El proceso de urbanización llevará a que más del 60% ciento de la población sea urbana en el año 2020, frente al 50%, según este libro blanco. Además, la revolución digital está consolidando una sociedad hiperconectada y, en el año 2020, los expertos señalan que habrá 50.000 millones de dispositivos conectados.
En este contexto, una Smart City es, en palabras de los expertos consultados, aquella que utiliza la tecnología para prestar de la forma más eficiente los servicios urbanos, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y transformar la relación entre entidades locales, empresas y ciudadanos, facilitando una nueva forma de vivir la ciudad
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El término empieza a estar en la mente de los ciudadanos, ocho de cada diez ciudadanos reconocen cierta familiaridad con el concepto, si bien su implementación se percibe como incipiente: sólo dos de cada diez consideran su ciudad inteligente o muy inteligente.
En España, los ciudadanos consideran que es la Administración, principalmente la local, la que debe liderar esta transformación. Sin embargo, también piensan que los propios ciudadanos y las empresas –sobre todo las de sectores como los de telecomunicaciones, energía o tecnología- deben tener un papel significativo en el proceso. En este sentido, Telefónica se percibe de lejos como el principal socio para apoyar la transformación de las ciudades.
La aplicación de la tecnología a las ciudades ofrece un enorme potencial a la hora de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sólo estamos empezando a percibir las primeras manifestaciones. El reto es ir más allá de las experiencias actuales y convertirse en realidades con impacto en la gestión municipal y la vida del ciudadano
, afirma Gildo Seisdedos, profesor del IE Business School y coordinador del estudio.
Para Marieta Del Rivero, directora general adjunta del área Comercial Digital de Telefónica, la transformación digital de las ciudades es una oportunidad de desarrollo económico, social y cultural donde España destaca en Europa y dónde los ciudadanos son los grandes protagonistas. Un ciudadano lo que quiere es ser parte de una economía colaborativa. Tenemos que poner las ciudades a la altura de sus ciudadanos
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La hoja de ruta para las ciudades inteligentes
Los expertos que han contribuido en este ejercicio coinciden en identificar seis ámbitos clave para acelerar la digitalización de la ciudad:
- Liderazgo y cambio organizativo. El alcalde debe asumir el pleno liderazgo del proceso, impulsando un cambio cultural que transforma las organizaciones verticales en una organización transversal. También debe facilitar las sinergias entre las distintas organizaciones responsables de servicios municipales, poniendo en marcha un plan estratégico de la ciudad asegurando un seguimiento de objetivos y resultados.
- Plan de ciudad, debe prepararse con una visión a largo plazo y compartido y consensuado con todos los agentes. Un Plan que no cambie en cada legislatura.
- Marco legal. Hay que evolucionar y modernizar las fórmulas de contratación incorporando flexibilidad al modelo. Solo así se asegurará que la tecnología es la adecuada.
- Modelo tecnológico open source, open data e interoperabilidad de plataformas. Es el momento de definir las reglas del juego y evitar construir sistemas propietarios y cerrados. Todavía no hay un standard definido en Internet of Things y hay que contribuir a que las plataformas ‘compartan información’ y se hablen. Solo así se podrá construir una economía de los datos. Además los ciudadanos exigen más transparencia y los portales open data son un excelente ejemplo de como una ciudad pone a disposición la información de forma transparente.
- Financiación. La colaboración público-privada permite un avance más rápido en la transformación de los servicios y aporta capacidades y conocimientos específicos en ambas direcciones. El plan Nacional de Ciudades Inteligentes es un buen ejemplo de cómo contribuir a este fin.
- Modelos de negocio sostenibles. Cada día generamos 2,5 trillones de bytes de datos según expertos. La digitalización de las ciudades va a contribuir a incrementar estos números y el gran reto es poner en valor esa información para construir modelos de negocio sostenibles. Modelos que tengan en cuenta los intereses del consumidor. Por ejemplo, si se sensorizan los containers de residuos y podemos acceder a información personalizada de cuál es el uso, los impuestos por gestión de residuos deberían ser individualizados.