Liubliana, la capital de Eslovenia, ha resultado ganadora del galardón Green Capital 2016. Un reconocimiento por haber aumentado la conciencia medioambiental entre los ciudadanos, por su estrategia de sostenibilidad ‘Vision 2025’, su implementación de una serie de medidas cuidadosas con el medio ambiente durante la pasada década y su red de transporte urbano.
Según el Comisario Potocnik, como ciudadano de Liubliana, es un inmenso placer felicitar a la ciudad en este logro medioambiental. Todos los finalistas nos han mostrado ejemplos reales sobre cómo respetar el medio ambiente, tener una excelente calidad de vida y un crecimiento económico pueden ser combinados con éxito
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En esta edición del premio ‘Green Capital’, el jurado ha valorado la implementación de la estrategia para la sostenibilidad de la ciudad ‘Vision 2025’, que sigue un acercamiento integrado a la gestión medioambiental. El Programa de Protección Medioambiental, el Plan de Movilidad Sostenible, el Plan de Acción de Energía Sostenible y la Estrategia de Electromovilidad han trabajado juntos en una visión integrada de la ciudad, repercutiendo en progresos significativos en el área de aprovisionamiento verde que ha sido implementado en un 70% de todas las compras de la ciudad.
Asimismo, el transporte en Liubliana ha subrido un cambio radical durante la pasada década, de una ciudad que dominada por los coches, el foco se ha puesto en alternativas más respetuosas con el medio ambiente. En 2013, la capital eslovena modificó el flujo de tráfico en la ciudad limitando el tráfico motorizado y dando prioridad a los peatones, ciclistas y transporte público.
El uso de la bicicleta también se está incrementado, así, alrededor de 1,6 millones de trayectos se realizan utilizando ‘BicikeLJ’, el sistema de bicicleta compartida operativo desde 2011. Los planes de transporte en Liubliana tiene un futuro prometedor, según el jurado de la Comisión Europea. En 2012 la ciudad adoptó el objetivo de que el transporte público, el tráfico no motorizado y los vehículos privados supondrían, a parter iguales, un tercio cada uno de los modos de transporte en 2020.