La Universidad de Salamanca ha acogido el encuentro "Radar and SAR Systems for airborne and space-based surveillance and reconnaissance", organizado por la OTAN a través de la Science and Technology Organization (STO), que se encarga del desarrollo de la I+D, durante este lunes y martes, 21 y 22 de octubre. En la cita, destacados expertos internacionales han hablado de los avances en el campo de los radares y de cómo la combinación con otros sensores, dispositivos y tecnologías busca mejorar la seguridad, por ejemplo, frente a actos terroristas.
Uno de los investigadores de reconocido prestigio a nivel mundial es el alemán Wolfgang Koch, que trabaja en el Fraunhofer Institute for Communication, Information Processing and Ergonomics (FKIE). Durante el evento explicó alguno de sus proyectos de investigación más punteros, encaminados a mejorar la seguridad frente a actos terroristas, algo que es posible gracias a sofisticados sensores y al análisis de la información que proporcionan.
“La principal aplicación es la identificación de individuos que pueden portar explosivos dentro de una multitud de personas”, señala. Existen sensores químicos sensibles a este tipo de amenazas, pero no es posible que funcionen en lugares con un gran tránsito de personas y que, por lo tanto, registran una gran diversidad de olores, como una estación de tren o un aeropuerto. Por eso, uno de los retos en los que su equipo ha comenzado a trabajar es poder analizar la información que proporcionen diferentes sensores y realizar un seguimiento de posibles sospechosos.
Múltiples aplicaciones
Aunque las aplicaciones relacionadas con la seguridad y la defensa militar constituyen el principal foco de interés para la OTAN, la tecnología relacionada con los radares puede ofrecer otras muchas aplicaciones y algunos de los grandes expertos mundiales que se han dado cita estos días en Salamanca ofrecen testimonio de ello.
El investigador italiano Gianfranco Fornaro, investigador del Institute for Electromagnetic Sensing of the Environment (IREA) del National Research Council (CNR), ha explicado que su trabajo consiste en monitorizar riesgos ambientales procesando imágenes en 3D. Esto se traduce en vigilar la actividad de volcanes, terremotos, corrimientos de tierra o acciones humanas que también pueden influir en la morfología terrestre como las extracciones de tierra y aguas subterráneas o la minería.
Por su parte, Murat Efe, científico de la Universidad de Ankara (Turquía), que también ha ofrecido una ponencia dentro de este encuentro de la OTAN en Salamanca, señaló la importancia de las técnicas de fusión de datos “para tratar de darle sentido a la información” que proporcionan los radares junto con sensores de todo tipo: acústicos, eléctricos u ópticos.
Oportunidad empresarial
Este encuentro de la OTAN se celebró hace pocos días en Roma y en Londres y antes de que acabe este mes de octubre se trasladará también a Wachtberg (Alemania). Además de los ingenieros militares, un encuentro de este tipo sirve para que las empresas de cada país conozcan de primera mano las líneas de investigación en este campo. De esta forma, pueden colaborar en su desarrollo u ofrecer tecnología complementaria.
Es el caso de Luis Monterde, de la empresa española Tecnobit, que trabaja en el campo de la vigilancia con equipos electroópticos y sistemas de comunicaciones tácticas. Para Monterde, la presencia de esta compañía en el foro de la OTAN no tiene como objetivo adquirir muchos conocimientos en la tecnología del propio radar, sino “saber mínimamente cómo funciona y qué puede ofrecer para que esa integración sea lo más eficiente posible”.