Toyota Motor Corporation ha desarrollado un sistema de asistencia a la conducción automatizada en autopista (AHDA, Automated Highway Driving Assist) para permitir una conducción más segura. El sistema AHDA combina dos tecnologías de conducción automatizada: el Control de crucero adaptativo-cooperativo, que se comunica de forma inalámbrica con los vehículos precedentes para mantener la distancia de seguridad, y el Control de trayectoria en carril, que actuando sobre la dirección ayuda a mantener el vehículo en una línea de conducción óptima dentro del carril.
La compañía pretende introducir el sistema AHDA y otros sistemas avanzados de asistencia a la conducción sin que el conductor renuncie a estar al mando del vehículo.
Toyota tiene previsto comercializar el nuevo sistema AHDA a mediados de esta década, y otros sistemas de asistencia a la conducción tan pronto como sea posible, a fin de ofrecer medios de transporte cada vez más seguros y fiables. Como avance de las pruebas previstas en la vía rápida de Shuto, cercana al área metropolitana de Tokio, a partir de este martes, 15 de octubre, la empresa automovilística presenta el sistema AHDA en el 20º Congreso Mundial de ITS de Tokio 2013, sobre sistemas de transporte inteligentes que se celebra del 14 al 18 de octubre.
Control de crucero adaptativo-cooperativo
A diferencia del control de crucero por radar estándar, el control de crucero adaptativo-cooperativo utiliza las comunicaciones de ITS entre vehículos, en la banda de 700 MHz, para transmitir los datos de aceleración y deceleración de los vehículos precedentes, de tal modo que los siguientes puedan ajustar la velocidad en consecuencia para mantener la distancia de seguridad. Al disminuir la aceleración y deceleración innecesarias, el sistema mejora también la eficiencia de consumo de combustible y ayuda a reducir la congestión de tráfico.
Control de trayectoria en carril
El Control de trayectoria en carril emplea cámaras de alto rendimiento, un radar de ondas milimétricas y un software de control para posibilitar una trayectoria de conducción óptima y suave a cualquier velocidad. El sistema ajusta el ángulo de dirección del vehículo, el par de transmisión y la fuerza de frenado cuando pueda ser necesario a fin de mantener una trayectoria óptima dentro del carril.
Investigación en tecnologías de conducción automatizada
En el CES Internacional 2013, Toyota presentó su vehículo avanzado de investigación en seguridad activa, para probar las tecnologías de conducción automatizada que la compañía está estudiando en el marco de su concepto de Gestión integral de la seguridad. El vehículo de pruebas, basado en el modelo Lexus LS, se utiliza para fines de investigación en el Instituto de Investigación Toyota de Norteamérica, en Saline (Michigan, EE. UU.), y es capaz de circular de forma autónoma.
Está equipado con cámaras de visión delantera para detectar las señales de tráfico, así como sensores frontales para detectar vehículos, peatones y obstáculos, a fin de determinar las condiciones del tráfico, tales como intersecciones y confluencia de carriles, en las proximidades del vehículo. El estudio de esas diversas tecnologías elementales tiene por objeto ayudar a los conductores a escoger la ruta más segura posible.
A partir de la información recopilada en el marco de la investigación en conducción automatizada, Toyota tiene como objetivo ofrecer sistemas avanzados de asistencia a la conducción optimizados para ayudar a una conducción más segura y a alcanzar el objetivo último de cualquier sociedad que valore la movilidad: Reducir a cero los fallecidos y heridos por accidentes de tráfico.
En una sociedad con población cada vez más envejecida, estos avances se utilizarán asimismo para desarrollar tecnologías que ayuden a los conductores de edad avanzada en el reconocimiento, toma de decisiones y manejo del vehículo, a fin de conseguir una sociedad de movilidad donde puedan vivir en mayor plenitud y con mayor autonomía. Por otra parte, Toyota está trabajando en proporcionar entornos de conducción más estables que contribuyan a aliviar las congestiones de tráfico, y con ello a reducir las pérdidas económicas que generan y las emisiones de CO2.