El grupo de investigación BISITE de la Universidad de Salamanca estudia el desarrollo de un sistema que interconecte todos los sensores e infraestructuras de una Smart City. Este grupo está especializado en el desarrollo de sistemas inteligentes para resolver problemas distribuidos y dinámicos, para los que el software convencional no tiene soluciones. Uno de sus retos actuales es contribuir al desarrollo de las Ciudades Inteligentes, en las que todos los sistemas estén interconectados y permitan incrementar la seguridad y lograr una gestión más eficiente de los recursos.
Según Juan Manuel Corchado, Responsable del grupo BISITE y decano de la Facultad de Ciencias, “El campo de las Smart Cities es muy amplio y se están llevando a cabo muchos proyectos a pequeña escala”. Dentro de todas las posibilidades, su equipo de investigación trabaja en la actualidad en asuntos tan variados como la mejora de los sistemas de iluminación, la integración del coche eléctrico, sistemas de guiado con realidad aumentada y redes inalámbricas de sensores que permitirían una gestión más eficiente de diversos recursos.
Aunque probablemente el mayor reto de todos sea interconectar todos estos sistemas para que las ciudades del futuro sean verdaderamente inteligentes, este equipo se encuentra trabajando en el desarrollo de un sistema wifi que dé servicio a una ciudad utilizando hardware de bajo coste y de alto rendimiento, "de manera que la infraestructura no sea cara de implementar y se cree un red que permita que todos los sensores e infraestructuras estén comunicados”, señala Corchado.
Esa interconexión permitiría optimizar la circulación de vehículos, el tránsito de peatones o la gestión de emergencias en función de todas las incidencias que se detecten, de forma que el sistema inteligente pueda tomar siempre las mejores decisiones. De esta manera, el sistema podría predecir lo que va a suceder y poner las infraestructuras al servicio de los usuarios. Por ejemplo, un día de lluvia puede hacer variar el tráfico, los movimientos de las personas, la necesidad de iluminación o de riego. La idea es gestionar una situación cotidiana como ésta de la manera más inteligente, de forme que facilite la vida a los ciudadanos y ahorre recursos, pero podría ser aún más importante en el caso de que se produzca una situación de emergencia.
“Hoy en día tecnológicamente ya es posible y el reto es desarrollar tecnología lo suficientemente barata e inteligente para hacer que sea una realidad cuanto antes”, indica Corchado. De hecho, “ya tenemos sistemas muy buenos, tanto de redes inalámbricas como de sensores, con la integración de todo ello sin costes elevados”. Por eso, el siguiente paso es tratar de poner en marcha algún prototipo de ‘smart city’ en alguna ciudad cercana.
Coches eléctricos
Uno de los puntos de interés del grupo BISITE es el papel que el coche eléctrico puede tener en las ciudades inteligentes. La posibilidad de realizar intercambios de batería es una de las apuestas innovadoras que tienen más peso en la actualidad. “Hay propuestas para que los coches eléctricos no tengan que recargar su batería, sino que al llegar a una 'electrolinera' un robot sustituya su batería por otra ya cargada”, asegura Corchado. En el sistema global de ciudad inteligente, este avance abre la posibilidad de informar a los conductores sobre los lugares más adecuados para realizar el cambio en función de las colas de espera e incluso con el actual modelo de puntos de recarga para coches eléctricos puede indicar cuáles están libres o son los más apropiados.
Iluminación y sensores inalámbricos
Otro reto importante en el desarrollo de ciudades inteligentes es la eficiencia en la iluminación y ésta es otra de las grandes áreas de trabajo del grupo de Juan Manuel Corchado, que cuenta ya con simuladores y prototipos reales de cómo funcionaría el sistema. La intensidad lumínica de una calle podría tener en cuenta el número de personas que habitualmente pasan por ella. Por ejemplo, si a determinadas horas de la madrugada no pasa nadie, mantener una gran intensidad lumínica supone un derroche. Asimismo, el flujo lumínico podría variar entre unas horas y otras o en función de las condiciones meteorológicas.
Por eso, la idea es crear un gran cuadro de mando por debajo del cual se tendrían en cuenta todas estas circunstancias. Además, los sensores que harían falta para obtener toda la información necesaria también servirían para detectar problemas, como puede ser un foco fundido o robos de cables en ciertas instalaciones.
En definitiva, los posibles desarrollos tecnológicos que integrarían una ciudad inteligente son muy variados y el grupo BISITE trabaja en varios en colaboración con otros investigadores y empresas. Sin embargo, una parte fundamental del sistema en su conjunto puede estar basada en la experiencia que tienen estos investigadores en los sensores inalámbricos. Cuestiones como la identificación de elementos o personas y su posicionamiento para implementar, por ejemplo, sistemas de guiado dependen de dichos sensores y este equipo de la Universidad de Salamanca puede aplicar la tecnología que ha desarrollado a muy variados proyectos.