En 2012 alrededor de 308.000 pacientes fueron tratados de manera remota por su centro de atención sanitaria en todo el mundo con problemas, principalmente, de insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes, hipertensión y de salud mental. La mayoría de ellos eran pacientes post-agudos, que habían sido hospitalizados y dados de alta. Los servicios de teleasistencia sanitaria para 2017 se prevé que alcance los 1.8 millones de pacientes en todo el mundo ya que los centros de salud buscan disminuir la tasa de reingreso y seguir la progresión de la enfermedad, según el estudio de InMedica divulgado por IHS “The World Market for Telehealth – An Analysis of Demand Dynamics – 2012, a new report from InMedica”.
Además de los pacientes previamente hospitalizados, la teleasistencia también se usa para supervisar a los pacientes ambulatorios. Aunque tiene mucha más penetración en los cuidados post-agudos, ya que uno de sus fines es prevenir que los pacientes tengan que volver a ser ingresados. En EEUU, por ejemplo, se calcula que 140.000 pacientes post-agudos han sido monitorizados en 2012, frente a los 80.000 casos de pacientes ambulatorios.
“Un gran reto para la asistencia sanitaria a distancia es llegar a la amplia población que recibe cuidados ambulatorios. Sin embargo, los resultados clínicos y económicos están más extendidos en los cuidados post-hospitalarios. Además, incluso en el caso de pacientes que habían sido ingresados, la teleasistencia se prescribió, normalmente, sólo en los casos más severos y cuando los pacientes habían sido hospitalizados más de una vez al año”, comenta Theo Ahadome, Analista Senior de InMedica.
Enfermedades cardiacas, respiratorias y diabetes
Actualmente, los pacientes con ICC representan la mayoría de los atendidos de forma telemática. Además de ser de los pacientes con mayores costes por hospitalización, los resultados clínicos de la telemedicina para ICC están más asentados.
Se prevé que el número de pacientes teleasistidos con EPOC crezca con fuerza ya que la telesanidad tiene como objetivo expandirse en las enfermedades respiratorias. Sin embargo, las estimaciones del informe sitúan a la diabetes como segundo grupo mayoritario de pacientes que recibirán telemedicina. Controlar los niveles de glucosa con dispositivos personales está muy extendido, y hay una tendencia creciente a integrar estos monitores con el sistema de teleasistencia.
Para los próximos cinco años InMedica indentifica cuatro promotores principales en la demanda de telesanidad:
- Leyes, normativa: Las penalizaciones por el reingreso introducidas en EEUU, por ejemplo, ha llevado a los centros de salud a implementar la teleasistencia como forma de reducir las multas. Además, ante el creciente gasto sanitario, otros Gobiernos, incluidos el de Reino Unido, Francia y China, están promoviendo la telemedicina como media de ahorro a largo plazo.
- Proveedores: Los proveedores de asistencia médica quieren usar la telesalud para aumentar la relación con los pacientes y mejorar la calidad de los cuidados. En muchos casos se hace independientemente de la falta de un claro retorno de la inversión.
- Pagadores: La teleasistencia está siendo usada de forma creciente por las compañías de seguros sanitarios para aumentar su competitividad y reducir los costes de hospitalización y consultas físicas.
- Pacientes: Actualmente hay una demanda muy pequeña de pacientes que activamente busquen servicios de teleasistencia. Esta demanda se limita más en áreas rurales con poca accesibilidad a centros de sanitarios. Pero, a medida que aumenta la preocupación por el cuidado personal y los consumidores adquieren dispositivos para controlar su estado físico, también se incrementa la búsqueda de dispositivos profesionales para controlar de forma remota estados de enfermedad.