SEAT ha cedido dos vehículos, uno eléctrico y otro híbrido, a Endesa en el marco de un proyecto piloto para impulsar la movilidad eléctrica en España como una de las vías para afrontar el cambio climático. Así, ocho trabajadores de Cataluña de Endesa utilizarán el Altea XL Electric Ecomotive (100 por cien eléctrico) y el híbrido enchufable León TwinDrive Ecomotive durante un año, hasta diciembre de 2013, como parte de la flota urbana y en un periodo de tres meses por cada conductor.
En el acto de entrega frente a la nueva sede de la compañía en Barcelona han estado presentes el director general de Endesa en Cataluña, Josep Maria Rovira, y el vicepresidente de Relaciones Gubernamentales e Institucionales de SEAT y del Grupo Volkswagen en España, Ramón Paredes.
El acuerdo se enmarca en la segunda fase de cesión de vehículos eléctricos a empresas e instituciones, después de una primera etapa que también contó con la participación de Endesa y en la que se evaluó la aceptación y adaptación inicial de los modelos, ahora SEAT quiere analizar los cambios en los hábitos de conducción respecto a los coches de combustión.
Información sobre la conducción del vehículo eléctrico
Durante la prueba piloto, tal como marcan las bases de la cesión de los vehículos, los empleados que participan en el proyecto tienen el compromiso de proporcionar información relevante sobre su experiencia en la conducción de los vehículos. Con los resultados de Endesa y las conclusiones del resto de instituciones que participan en la segunda fase de cesión de vehículos eléctricos, SEAT evaluará los datos de uso antes de iniciar la fabricación en serie.
Además, los trabajadores que probarán los nuevos turismos deben realizar un mínimo de kilómetros diarios en coche y disponer de plaza de aparcamiento con instalaciones de recarga en su residencia habitual. Asimismo, se comprometen a sustituir su propio vehículo por el eléctrico.
Por otra parte, el acuerdo define tres entornos de circulación por distancia y ámbito geográfico: zona urbana, interurbana y comarcal. Los usuarios que se desplacen por la zona urbana deben conducir como mínimo 400 km al mes, que aumentarán hasta 600 km en ámbito interurbano y llegarán a un mínimo de 900 km mensuales para quienes circulen en zonas comarcales. De esta manera, la compañía automovilística podrá evaluar la autonomía de cada vehículo.