ESMARTCITY: El grupo Saft es especialista mundial en tecnologías avanzadas de baterías. ¿Podría reseñarnos a qué tipo de baterías se dedican?
Joaquín Chacón: Básicamente, por sus altas prestaciones en cuestión de eficiencia, estamos especializados en tecnologías basadas en el litio, el níquel y la plata. Abarcamos sectores tan dispares como el ferrocarril, la aeronáutica, la electrónica, las telecomunicaciones o cualquier tipo de industria, aunque en los últimos tiempos las aplicaciones referidas a la movilidad sostenible –eléctrica-, el almacenamiento en relación con energías renovables o el desarrollo de las ciudades inteligentes son quizá las que demuestran un mayor potencial de desarrollo para los próximos años.
ESMARTCITY: ¿Cómo puede ayudar el desarrollo de este tipo de tecnologías en el camino hacia la Smart City?
Joaquín Chacón: La Smart City implica muchos aspectos sociales, de comunicación, de aplicación de tecnologías para la optimización de recursos medioambientales, eficiencia energética, etc. Las baterías y el almacenamiento de energía son fundamentales. En primer lugar, como soporte de servicios (alumbrado, recogida de basuras y un largo etcétera).
En algunos casos estaremos hablando de baterías –pilas- de una sola carga con duraciones de más de una década y en otras, baterías que soporten gran cantidad de ciclos de descarga (que se carguen durante la noche aprovechando el alumbrado público y se descarguen dando un servicio durante el día).
Por otro lado, podríamos hablar de sistemas de almacenamiento eléctrico para el autoconsumo energético y la introducción de las Smart Grids o para cubrir picos de consumo con energías renovables. O también de sistemas para almacenar en puntos de recarga para vehículos eléctricos o de las baterías de todo lo referido a movilidad sostenible.
La Smart City y el paradigma de eficiencia que plantea se apoyan en una parte muy significativa en baterías y sistemas de almacenamiento energético.
ESMARTCITY: ¿Cuál es la relación de EMISA con Saft Baterías?
Joaquín Chacón: EMISA es la marca a través de la cual se comercializan algunos de los productos más punteros de los que dispone Saft Baterías. El desarrollo de algunos de ellos en colaboración con la universidad (lo que nos valió un Premio Cinco Días), otros en los que se han unido diversas empresas y otros “puros” –por así decirlo- de Saft Baterías.
Desde sistemas escalables de almacenamiento eléctrico a las últimas novedades en cuestiones como la movilidad urbana sostenible.
ESMARTCITY: En el caso del vehículo eléctrico, ¿cuál es el estado actual de la cuestión y la línea en la que se está trabajando?
Joaquín Chacón: Actualmente, existen varios retos relacionados con el vehículo eléctrico. Principalmente, son el precio, la necesidad de una red de recarga perfectamente localizable, la actitud por parte de la sociedad y la autonomía de las baterías.
En nuestro caso en concreto, además de estar mejorando constantemente el aspecto tecnológico y con él el ratio prestaciones/precio de las baterías, hemos desarrollado dentro del Consorcio Convehidor el Sistema EMIC, que hace que no sea imprescindible una red de electrolineras ni perder tiempo en recargas. Se trata de hasta 4 baterías interconectadas; cada una de ellas –de unos 4 kg de peso-, según se van descargando, pueden recargarse por separado en cualquier punto de la red eléctrica –esto incluye la casa o la oficina de cada uno-. Además, se han desarrollado “armarios cargadores” (Proyecto Aquiles), donde el usuario puede introducir su batería descargada y extraer otra con carga completa.
ESMARTCITY: ¿Ha supuesto una gran inversión desarrollar el sistema EMIC?
Joaquín Chacón: De hecho, en junio se inauguró la fábrica que va a producir las baterías –es la primera en España de este tipo-, pero más allá de la inversión, lo más interesante es el hecho de que, dentro de Convehidor se encuentran, aparte de Saft, Ecomotive Innova, Ticnova, el Instituto Tecnológico de la Energía y Aitiip Centro Tecnológico.
En el desarrollo del Proyecto Aquiles también han participado compañías de primera línea como Jofemar o Inabensa (Abengoa). Eso supone una apuesta decidida y una enorme cantidad de “know how” volcada en el proyecto. Es una de las novedades más importantes en este campo en los últimos años.
ESMARTCITY: Otro de los sectores en los que trabaja Saft son los sistemas de almacenamiento, ¿qué propósitos tienen en este este sentido?
Joaquín Chacón: Los acumuladores eléctricos están llamados a ser fundamentales para la introducción definitiva de las energías renovables –principalmente, de la eólica y la solar-. Uno de los retos a los que se enfrentan este tipo de recursos es que la producción no es constante y, por ello, precisan de sistemas de almacenamiento y distribución que puedan dar a la red la energía que ésta demande en cada momento.
En este sentido, uno de los proyectos más innovadores en estos momentos en Europa y en el cual se puede ver el potencial de este tipo de almacenamiento es STORE, encabezado por Endesa en Gran Canaria. También en el caso del autoconsumo eléctrico se necesita algún tipo de sistema de este tipo.
Resumiendo, el futuro y cualquier nuevo paradigma energético (renovables, autoconsumo, etc…) se enfrenta al reto de dar una respuesta fiable a la demanda y esta respuesta pasa por el uso de sistemas de almacenaje de energía que cubran cualquier tipo de altibajo en la producción aportando la energía requerida.
ESMARTCITY: ¿Qué posibilidades puede ofrecer concepto de Smart Grids referido a la red eléctrica de cara al futuro?
Joaquín Chacón: La posibilidad de “ofertar” energía sobrante dentro de la red y que cada cliente decida a quién compra es algo altamente complejo, ya que requiere de sistemas informáticos avanzados que detecten la oferta de energía y su precio y decidan a cada momento a quién comprar. A día de hoy, se está avanzando mucho –el autoconsumo es un componente psicológico fundamental-. Yo tengo claro que el futuro de la energía pasa por este tipo de redes, que cada cual (individual y colectivamente; por ejemplo, en comunidades de vecinos) extraiga o aporte energía a las redes eléctricas según sus necesidades. Visto así, es una especie de “red social” de suministro de energía.
ESMARTCITY: ¿Qué relación cree que debe existir entre las empresas y las instituciones de enseñanza en el camino hacia la sostenibilidad y la construcción de Smart Cities?
Joaquín Chacón: Muy habitualmente, las empresas buscan demasiado la comercialización; parten de puntos de vista preconcebidos. Cuentan con un conocimiento muy grande pero se les escapa el pensamiento “out-of-the-box”. La universidad aporta ese grado de imaginación –también basado en el conocimiento, pero desde fuera de una dinámica marcada por la necesidad de cubrir unas ventas-. En este sentido, el escenario de la Smart City es un desafío nuevo que debemos recorrer entre todos y que abre infinitas posibilidades. Por ello, la colaboración empresa-universidad es fundamental.
En nuestro caso, como he comentado anteriormente, a través de la marca Emisa comercializamos productos cuyo desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración con la Universidad. Además, cada año se entregan los Premios Saft a la Innovación en Eficiencia y Almacenamiento Energético, dirigidos a recién titulados.
Los cimientos de las Smart Cities se están poniendo hoy y es nuestro deber hacerlos lo más sólidos posible. No obstante, no es difícil adivinar quiénes tendrán sobre sus hombros el peso de continuar con esta tarea: los universitarios de hoy, que, a su vez, deberán “alimentar” de conocimientos a los de mañana, completando un círculo tan virtuoso como necesario.
ESMARTCITY: El camino hacia un Mundo más sostenible es responsabilidad de todos, ¿qué actuaciones está llevando a cabo Saft al respecto?
Joaquín Chacón: En Saft, desde luego, somos conscientes de que, aunque nuestro campo de actuación (la eficiencia energética) camina de forma paralela a cuestiones como las energías renovables, el vehículo eléctrico, las Smart Cities, etc…, es una obligación que se realice el correcto reciclaje de algo tan complejo como es un sistema de baterías de cualquier tipo (desde pilas hasta grandes sistemas industriales). Por eso, asumimos cargos de responsabilidad en la fundación Ecopilas y en la plataforma Recyclia (Vicepresidencia). También formamos parte de Energía sin Fronteras y del Patronato de la Fundación de Apoyo al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, donde se intenta acercar los adelantos en materia de sostenibilidad a la sociedad.
En el plano normativo, nos encontramos en el primer grupo de empresas certificadas con el IQNET SR-10 en materia de responsabilidad social (a día de hoy, sólo se han expedido 16 en toda España) y contamos con el sello Madrid Excelente, lo que requiere una política medioambiental muy controlada.
Aun así, prefiero ver el tema de la sostenibilidad como una elección y no como una imposición. Así es como tratamos de afrontarlo en Saft. De hecho, el próximo año –si todo va según lo previsto- Saft Baterías será energéticamente autosuficiente gracias a unos paneles solares que vamos a instalar junto con uno de los sistemas acumuladores de los que hablábamos con anterioridad.