La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado un informe en el que muestra que doce Estados miembros superaron uno o más de los límites máximos de emisión nacionales y en algunos casos, los límites se excedieron en cantidades significativas. España fue el único país que superó tres de sus cuatro límites de emisión.
En 2010, doce Estados miembros superaron uno o más de los límites de emisión establecidos por los límites máximos de emisión nacionales de la UE, según un informe publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Estos contaminantes contribuyen a problemas de salud y también puede dar lugar a pérdidas económicas y daños medioambientales. Los datos de la Agencia muestran que muchos Estados miembros no siguieron los límites marcados, por lo que estos países tendrán que hacer mayores esfuerzos para ayudar a reducir la contaminación del aire en Europa. La Comisión Europea adoptó en marzo un plan de trabajo para que la Unión Europea tenga una economía baja en emisiones de carbono y competitiva para 2050.
La directiva de límites máximos de emisión nacionales cubre cuatro principales contaminantes atmosféricos: dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), Compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVDM) y el amoniaco (NH3). El contaminante que más se superó según los registros fue el óxido de nitrógeno. Un análisis preliminar muestra que once Estados miembros superaron sus respectivos límites máximos de NOx (Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, España y Suecia). Seguido de Alemania con dos límites superados, España fue el único Estado miembro que superó tres de sus cuatro límites de emisión en el marco de la directiva. Finlandia superó su límite de amoníaco.
Contribuyendo aproximadamente al 40% del total de la UE de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), el sector del transporte por carretera es uno de los principales factores que contribuyen al gran número de superaciones de NOx. Las reducciones de NOx de este sector en las últimas dos décadas no han sido tan importantes como se había previsto. Esto se debe en parte, a que el sector ha crecido más de lo esperado y también porque los estándares de emisiones de los vehículos no siempre han entregado el nivel previsto de reducción de NOx.