Esos países se coordinarán para limitar la emisión de esos tres materiales, cuyo poder de efecto invernadero es mayor que el del dióxido de carbono y cuya producción crece rápidamente. EE UU ha anunciado una inversión de 9,1 millones de euros y no ha marcado objetivos concretos o métodos para alcanzarlos. Canadá invertirá otros 2,2millones.
El expandir lentamente la lucha contra el cambio climático al margen de la negociación de la ONU, en la que está el Protocolo de Kioto, permite a la Casa Blanca sortear los vetos del Congreso. Los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Representantes y se niegan frontalmente a limitar por ley las emisiones de dióxido de carbono, pero los republicanos sí apoyan el Protocolo de Montreal, que limitó los gases que dañan la capa de ozono y que tuvo el efecto colateral de reducir gases de efecto invernadero.
“Ya sabemos que, en el cometido crucial de reducir los efectos del dióxido de carbono, el mundo no ha hecho lo suficiente”, ha dicho Clinton, en conferencia de prensa. Esta coalición, la primera de su índole a nivel internacional, efectuará campañas prácticas, planificadas y dinámicas, para generalizar soluciones al problema de esos agentes contaminantes en la escena internacional.
En la última conferencia del clima, celebrada en diciembre en Sudáfrica, las potencias mundiales, incluida EE UU, evitaron llegar a un acuerdo inmediato sobre emisiones. En lugar de eso, se comprometieron a redactar un nuevo tratado sobre el clima en 2015, para que entre en vigor en 2020. El pacto anterior, el llamado Protocolo de Kioto, se marcaba objetivos que expiran este mismo año.