El proceso ha supuesto una inversión de 45 millones de euros, que evitan la emisión de 275.000 toneladas de CO2 al año.
Con la conversión de los ciclos combinados se ha reducido también el 100% de las emisiones de SO2, el 58,3% de NOx y el 100% de las partículas.
Tras la entrada en operación del gasoducto que une el archipiélago con la península, los 1.005 MW instalados de las centrales de Son Reus y Cas Tresorer, en Mallorca, y de la central de Ibiza, han podido operar con gas natural.
Endesa ha concluido los trabajos para la conversión a gas natural de las centrales de ciclo combinado de Cas Tesorer y Son Reus en Mallorca y de la central de Ibiza. Este hito da por terminado el proyecto de paso a gas de las centrales de que Endesa posee en las islas Baleares.
Esta conversión, ha implicado la instalación de una estación de regulación y medida de gas en cada una de las centrales y modificaciones de los equipos de alimentación de combustible, cámaras de combustión y sistemas de control para adecuarlos al funcionamiento actual.
Una vez que se han implantado estas modificaciones, el gas natural es considerado como combustible principal, quedando el gasóleo como combustible de reserva, para ser utilizado sólo en los períodos de indisponibilidad del gas natural para garantizar la producción eléctrica.
La introducción del gas natural como combustible en las centrales de ciclo combinado de Mallorca presenta importantes ventajas medioambientales y técnicas y que se concretan en una sustancial reducción en las emisiones de gases a la atmósfera:
- Reducción del 30,6% de emisiones de dióxido de carbono (CO2)
- Reducción del 100% de dióxido de azufre (SO2)
- Reducción del 58,3% de óxidos de nitrógeno (NOx)
- Reducción 100% de partículas
Los porcentajes anteriores supondrán una reducción de emisiones a la atmósfera, tomando como referencia el año 2009 (cuando todavía no se había iniciado el proceso de transformación), de alrededor de 275.000 toneladas de CO2, 360 toneladas de óxidos de nitrógeno, 100 toneladas de SO2 y casi 30 toneladas de partículas cada año.
Además, el uso del gas natural como combustible de las centrales de producción eléctrica implica un alargamiento de la vida útil de los componentes y supone una diversificación de las fuentes de suministro energético. A su vez se consigue una importantísima simplificación en el manejo de combustible debido a la práctica eliminación del tráfico rodado de camiones de transporte de gasóleo.
La introducción del gas natural ha requerido por otra parte reforzar las medidas preventivas en las centrales correspondientes. Para su implantación se han realizado evaluaciones de riesgo de todos los puestos de trabajo e impartido cursos de formación específicos.
Por otra parte se ha revisado el Plan de Autoprotección de la central, incluyendo en el mismo las actuaciones frente a emergencias provocadas por el nuevo combustible.