El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el Ministerio de Medio Ambiente y Rural y Marino (MARM), el Ministerio de Fomento a través de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), junto con el organismo Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA), han firmado un Convenio hoy para el impulso de una iniciativa española de producción y consumo de bioqueroseno para aviación.
Trece empresas de los sectores aéreo y energético se han adherido al Convenio y participarán en su desarrollo.
Al acto, celebrado en la sede de AESA, han asistido el director General de Calidad y Evaluación Ambiental del MARM, Jesús Huertas García, la directora de AESA, Isabel Maestre Moreno, el director de Energías Renovables en nombre y representación del IDAE, Jaume Margarit y Eugenia Lloréns Beltrán de Heredia, presidenta de SENASA.
Las empresas privadas que colaborarán en el Convenio, han firmado un “Acuerdo voluntario de participación de entidades asociadas a la iniciativa española para la producción y consumo de bioqueroseno en aviación”. Estas empresa son: AIRBUS, CAMELINA COMPANY ESPAÑA, CEPSA, CIEMAT, CLH, RSB, IBERIA, RESIDUOS Y REFINADOS IBERIA SL, PULLMANTUR AIR, REPSOL COMERCIAL DE PRODUCTOS PETROLÍFEROS S.A., TECNOLOGÍA Y BIOMASA SOSTENIBLE S.L. (TECBIO), TECNALIA y UOP LLC.
El objeto del presente Convenio y del Acuerdo Voluntario es impulsar la producción de bioqueroseno para su empleo por la aviación en España, desde la producción de materias primas sostenibles, hasta el uso comercial de las aeronaves. Se busca con ello analizar y explotar el potencial de generación de riqueza y empleo de esta cadena de producción y consumo, fortaleciendo y posicionando tanto al sector aéreo español, como a las industrias implicadas en todo el ciclo productivo.
Los datos manejados indican que la utilización de plantas como la camelina, ya cultivada en España en la actualidad en ensayos piloto y cuya principal característica es su adaptación a suelos de bajo rendimiento o en desuso, son el primer paso para extender su cultivo a zonas agrícolas de nuestro país actualmente en retroceso o abandonadas por falta de rentabilidad. Todos los cálculos muestran una clara sostenibilidad medioambiental de dicho cultivo, una generación de empleos ligadas al cultivo y producción, y su implantación, conjugada con su trasformación en biocombustibles de aviación, permite cumplir objetivos de diversificación energético necesarios en un país como España netamente importador de petróleo.
La directora de AESA explicó que “es deseable la introducción de los biocombustibles en aviación y por lo tanto la Agencia tiene como objetivos garantizar su desarrollo e introducción de una forma segura y sostenible. Además quisiera remarcar el aspecto social de la iniciativa y la posibilidad de creación de empleo para nuestro país que la introducción de biocombustibles puede generar” dijo Isabel Maestre Moreno.
Respecto al MARM, su Director General “hemos sido capaces de demostrar a toda la sociedad que podemos reducir la dependencia del petróleo, que podemos depender menos del queroseno y que tecnológicamente los aviones, camiones, vehículos,…, pueden en los próximos años funcionar con combustibles de origen no fósi” dijo Jesús Huertas García. “Esto supone un gran avance y lanza una señal muy halagüeña hacia los sectores del transporte en general”, añadió.
Jaume Margarit, Director de Energías Renovables del IDAE expuso que “para un país con una dependencia energética del exterior tan grande como España el desarrollo de las energías renovables es, más que una opción, un imperativo. Introducir las energías renovables en el consumo de la aviación pasa por el desarrollo de biocarburantes. Afrontar con éxito esos desafíos es una de las apuestas del IDAE, en particular a través de las medidas que para el desarrollo del sector de los biocarburantes se incluyen en el Plan de Energías Renovables 2011-2020”.
La presidenta de SENASA, Eugenia Lloréns resaltó que el uso de biocombustibles en Aviación jugará en un futuro próximo un papel fundamental en el reto de conseguir un crecimiento sostenible del transporte aéreo, entendiendo como sostenible un transporte seguro y viable económicamente, que permita mantener el liderazgo de la aviación y una progresiva reducción de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero.