Varios municipios de la Sierra Norte de Madrid han puesto en marcha Lozocleta, un sistema público de alquiler de bicicletas dirigido a vecinos y turistas en la que se considera la primera experiencia de este tipo en el mundo rural, al menos en la Comunidad de Madrid, un proyecto piloto subvencionado por el Consorcio de Transportes a través de los fondos del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (Ministerio de Industria).
Gargantilla de Lozoya y Pinilla de Buitrago, Navarredonda (municipios de la mancomunidad del Valle Medio del Lozoya) y Buitrago de Lozoya participan de este proyecto de bicicleta compartida, que unidos dan servicio a los 50.000 usuarios mínimos necesarios para obtener las ayudas del IDAE en este sentido.
El sistema cuenta con cinco bases repartidas en los tres municipios, un centenar de bicicletas y capacidad para 400 abonados, vecinos de las comarcas que por 16 euros pueden usar una bici durante media hora cada día durante toda la temporada, que va desde que empieza el buen tiempo hasta finales de octubre. El tiempo de uso siempre está limitado, para que las bicicletas se puedan compartir, pero se puede ampliar hasta varias horas diarias. Las bicicletas se recogen en los puntos automáticos, con una llave especial que se obtiene a la vez que el abono, y se pueden dejar en otro distinto.
La empresa privada se ha sumado al proyecto y hoteles, bares e instalaciones turísticas ponen a disposición de los clientes las bicicletas, en este caso a precios que van desde los cinco euros la hora hasta los quince por la jornada completa. Los turistas pueden optar por abonarse al servicio o por alquilar las bicicletas de forma puntual. Por ahora, los sistemas púbico y privado funcionan de forma independiente, aunque su gestión esté integrada y en un futuro, se quiere que ambos den servicio tanto a turistas como a vecinos de forma indistinta.