El mercado avanza hacia una obligatoriedad de la huella de carbono en los productos, donde el transporte eficiente jugará un papel crítico.

La empresa Creara ha realizado una presentación en la Casa Encendida, en Madrid, sobre la huella de carbono en el sector del vino, que incluye el cálculo de la Huella de Carbono en el transporte dentro de las fases de producción de un vino.

El mercado avanza hacia una obligatoriedad de la huella de carbono para ciertos productos y de hecho, el 1 de enero de 2011 ha empezado a regir en Francia la ley Grenelle II, que obliga a incluir en el etiquetado de los productos alimenticios las emisiones generadas por su elaboración y transporte.

En España, el 8 de marzo, el Congreso instó al Gobierno a que las etiquetas de los productos elaborados indiquen la emisión del CO2 asociado y los expertos tienen claro que especificar la trazabilidad de la huella de carbono de las exportaciones será pronto una exigencia para la competitividad de los productos.

Una de las acciones para lograr esta reducción de la Huella de Carbono es la reducción de las emisiones por transporte de producto final y materias primas, para lo que se proponen estrategias como una planificación logística, minimizar el número de envíos y fomentar la contratación de distribuidores con flotas de transporte eficiente (vehículos eléctricos o con bajas emisiones).

 
 
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