El presidente de la Entidad Metropolitana del Transporte de Barcelona, Antoni Poveda, ha presentado los cuatro primeros autobuses con motores de tecnología híbrida diesel-eléctrica que se incorporan a la flota de autobuses metropolitanos de líneas de gestión indirecta de la EMT en la ciudad Condal. Estas primeras unidades híbridas circularán por varios municipios del Baix Llobregat, en líneas que opera el grupo Baixbus.
Los cuatro autobuses que se han presentado son del modelo híbrido Tempus, de Castrosua, a los que se añadirán otros cuatro autobuses híbridos más en los próximos meses, que se integrarán en líneas que dan servicio a municipios metropolitanos del Baix Llobregat y Barcelonès.
La incorporación de autobuses híbridos forma parte del compromiso de la EMT de Barcelona para ofrecer a los ciudadanos un servicio de transporte público de calidad y sostenible, incorporando las mejores tecnologías disponibles, ya sea para minimizar el impacto ambiental y mejorar la calidad del aire , como para ofrecer mejor servicio o más información a los usuarios.
Más eficiencia energética y menos emisiones
La utilización de autobuses híbridos aporta ventajas de eficiencia energética y de ahorro de emisiones contaminantes, especialmente en recorridos de configuración urbana, en los que los sistemas de propulsión híbrida ofrecen un rendimiento óptimo porque aprovechan los procesos de desaceleración y frenado para recargar las baterías gracias a un sistema de frenado regenerativo.
De manera simple, estos autobuses de propulsión híbrida diesel-eléctrica son vehículos eléctricos que disponen de un motor de combustión interna asociado a un generador eléctrico, que permite la recarga de las baterías.
Esto supone que pueden circular con tracción puramente eléctrica, con cero emisiones y consumo, hasta que la carga de las baterías cae por debajo de un nivel mínimo. A partir de este momento, se activa el motor de combustión interna que hace de propulsor del vehículo, al tiempo que hace funcionar el generador eléctrico para volver a cargar las baterías hasta el nivel necesario para que vuelva a funcionar en modo puramente eléctrico.
De esta manera, se consigue un ahorro de energía del orden del 30% y una considerable reducción de emisiones de partículas, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono, en comparación con los vehículos diesel convencionales.
También tiene efectos positivos en la reducción de contaminación acústica, especialmente cuando funciona en modo eléctrico. Según los ensayos conocidos, la reducción de la potencia acústica puede llegar al 50%.