La Sociedad de Gestión Pública de Extremadura (GPEX) ha puesto en marcha un proyecto para que sus empleados acudan a las oficinas en bicicleta de pedaleo asistido, con la sustitución de cuatro coches de motor térmico por otras tantas bicicletas eléctricas, lo que le permitirá dejar de emitir 30 toneladas de dióxido de carbono, según ha señalado su director gerente, Jaime Ruíz Peña.
La GPEX es una de las principales empresas de Mérida, con una plantilla de 500 empleados y seis centros de trabajo y para llevar ca cabo esta decisión de movilidad, se hizo una encuesta para determinar cuál era el mejor elemento de transporte para la ciudad de Mérida, llegándose a la conclusión de que se trataba de la bicicleta eléctrica.
Al margen de las ventajas medio ambientales, la sustitución de un sistema de movilidad a base de vehículos de motor térmico por bicicletas eléctricas implica ahorros económicos importantes, pudiendo amortizar el coste de estas últimas (en torno a 1.400 euros por bicicleta) en tan sólo dos meses, según ha señalado Ruíz Peña.
Asimismo, la GPEX está trabajando en otras actuaciones de movilidad como el fomento del transporte colectivo.