Metro de Madrid ahorró en 2010 casi un 10% en su factura energética, pasando de un gasto en 2009 de 74.443.803 euros a los 67.626.111,84 del pasado año. La política de ahorro y eficiencia energética de la compañía, así como la adjudicación del contrato de suministro eléctrico realizada a través del procedimiento de subasta electrónica ha sido determinante para conseguir este ahorro.
Las políticas de ahorro y eficiencia energética llevadas a cabo por Metro de Madrid comprenden la puesta en marcha de numerosos proyectos de I+D dirigidos a reducir el consumo de energía. Entre ellos, destaca el aprovechamiento de la fuerza de frenada para el arranque de los trenes, que permite que Metro ahorre una cantidad de energía equivalente al consumo de toda la Línea 2 durante un año. Estos trenes se caracterizan por incorporar sistemas automáticos que ajustan informáticamente su velocidad y permiten aprovechar la energía generada en la frenada de los mismos para su reincorporación a la red.
Metro de Madrid además ha llevado la mejora continua de sus instalaciones y de los sistemas de funcionamiento diario orientados a optimizar la eficiencia energética. Innovaciones tan importantes como el aprovechamiento de la luz solar para iluminar los accesos durante gran parte del día y la colocación de cristaleras en las bocas de metro que permiten su penetración al interior de las instalaciones, han permitido la reducción de la emisión de CO2.
También las células fotoeléctricas que detectan el grado de luminancia necesario para regular el sistema de encendido o apagado de la iluminación. Todas las luminarias de las estaciones son de última generación, lo que garantiza una mayor duración y menor consumo energético. También se ha automatizado el funcionamiento de las escaleras mecánicas, dotándolas de un dispositivo para ir con mayor lentitud cuando ningún pasajero las está utilizando y consecuentemente conseguir mayor eficiencia.
La ampliación también cuenta
La ampliación que la red de Metro de Madrid ha experimentado en los últimos años ha sido otro de los grandes hitos como medida de ahorro energético en la Comunidad de Madrid, al evitar que por las calles de la región circulen más de 385.000 coches adicionales a los que ya circulan al día, lo que implica un considerable ahorro en la emisión de más de 2 millones de toneladas de CO a la atmósfera respecto a las que hubiera habido si los ciudadanos hubieran tenido que moverse en coche en lugar de en Metro. Los nuevos kilómetros han absorbido un incremento del 7,7% del tráfico de vehículos en superficie, o lo que es lo mismo, la expansión del suburbano ha absorbido la demanda de movilidad equivalente a casi 9.100 millones de kilómetros recorridos por vehículos privados en superficie.