La empresa IBM ha llevado a cabo, en Estados Unidos, un estudio comparativo sobre las opiniones de directivos de empresas fabricantes de automóviles y consumidores respecto al vehículo eléctrico, que ha sacado a relucir diferencias de parecer entre uno y otro colectivo.
Buena parte de los ejecutivos de la industria del automóvil cree que las ventas de vehículos tradicionales llegarán a su máximo antes de 2020 y está mirando hacia los vehículos eléctricos como uno de los productos que mayor expectativas despierta, aunque primero tendrán que cumplir con los exigentes requisitos de los consumidores sobre el rendimiento de estos vehículos, su recarga y conveniencia, según la encuesta de IBM.
En conjunto, el estudio comparativo revela diferencias significativas entre los 123 ejecutivos de la industria del automóvil con los que IBM se ha entrevistado y los 1.716 conductores norteamericanos consultados, sobre los factores que motivan a estos últimos a comprar vehículos eléctricos.
Los industriales dan un mayor énfasis a los incentivos del gobierno y al incremento de los precios del petróleo que los consumidores, que apuestan también por criterios de conciencia medioambiental. Asimismo, los ejecutivos se mostraron escépticos sobre la voluntad de los consumidores a pagar un sobreprecio por los vehículos ecológicos.
El 30% de los conductores encuestados señaló que consideraría cambiar a un vehículo eléctrico con una capacidad para recorrer 100 millas o menos por carga.
Asimismo, el 40% de los conductores dijo estar dispuesto a pagar más por un vehículo eléctrico frente a otro similar de gasolina, diesel o híbrido, de los que un 27% dijo que pagaría un 10% más y el 13% restante que pagaría un 20% más.
La recarga, un asunto a resolver
Sin embargo, el precio de la instalación de recarga en la vivienda podría suponer un obstáculo a la adquisición de VEs. Sólo el 13% de los conductores dijo que considerarían gastar más de 1.000 dólares para equipar a su residencia con infraestructura de recarga para un vehículo eléctrico. Según estimaciones de la industria, la instalación de una toma de corriente de 240 voltios para alimentar un VE varía entre los 1.000 y 2.000 dólares.
Además, dos tercios de los consumidores espera un descuento en el precio de la electricidad para cargar en su casa durante la noche. Esta expectativa supone la adopción por parte de las eléctricas de tarifas valle para la recarga nocturna de VEs o la instalación de más puntos de recarga públicos si no se llega a producir el esperado descuento.
Sin embargo, la recarga en el hogar está considerada como un punto crucial en el éxito de la implantación del VE, pues de los conductores encuestados, el 83% dijo aparcar su vehículo en el garaje de su casa y no estar dispuesto a hacerlo en la calle, en un garaje compartido o en cualquier otro sitio.