El 47% de las empresas españolas está implantando medidas para reducir el consumo de carburante y optimizar los gastos de movilidad de sus empleados, tras un año en el que tanto el gasóleo como la gasolina han aumentado sus precios en torno a un 20% y ya marcan máximos históricos, según revela El Observador del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía especializada en renting perteneciente al grupo BNP Paribas.
Se aprecia así cómo el elevado precio de los combustibles y la previsión de nuevas subidas debido al encarecimiento del petróleo -el barril de Brent podría alcanzar los 100 dólares en enero- obliga a las empresas a tratar de establecer medidas de ahorro en relación a sus flotas, que constituyen ya uno de sus capítulos más gravosos, tras los recursos humanos y la informática.
El estudio muestra que las grandes corporaciones son más conscientes que las pymes de los beneficios que ejerce el control del consumo de combustible sobre sus cuentas de resultados, máxime cuando esta partida representa ya cerca del 30% del coste total de la flota.
La filial de BNP Paribas revela que las compañías españolas han optado en su mayoría (43%) por dotar a sus empleados de una tarjeta de pago (tarjeta de combustible) con el fin de que se ajusten a una cantidad determinada para los gastos de peajes y repostaje, simplificando al máximo el control presupuestario en este capítulo. Además, esta tarjeta permite el ahorro de costes gracias a los descuentos que aplican las estaciones de servicio a los usuarios de esta fórmula, y facilita también a la empresa la recuperación del IVA del carburante.
La segunda medida más valorada por parte de las compañías españolas para reducir el consumo de carburante son las herramientas de control sobre el CO2 arrojado por su flota, conscientes de que un excesivo nivel de emisiones puede reflejar un estado anormal del vehículo. De esta forma, el 41% de las empresas españolas contrata la elaboración de informes que detallen las cantidades de dióxido de carbono emitidas por sus vehículos corporativos.
Por su parte, el 38% de las compañías españolas -frente al 47% de las europeas- opta por incorporar a sus coches de empresa sistemas de navegación, con el fin de optimizar las rutas diarias de sus empleados, lo que les permitirá reducir el consumo al ahorrar tiempo en sus desplazamientos.
Teniendo en cuenta que más de la mitad de los gastos de la flota dependen del uso que los conductores hagan de los vehículos, una tercera parte de las compañías (33%) opta por hacer un seguimiento de la forma de conducir de sus empleados, con la idea de corregir conductas inadecuadas al volante que generen gastos del todo innecesarios (reparación, seguros, etc.).
Por último, el 28% de las compañías españolas apuesta por la adopción de soluciones menos "severas", que transmitan una mayor grado de confianza en sus trabajadores como, por ejemplo, la transmisión de la información a bordo, incluyendo el kilometraje, de manera que sea él como emisor quien traslade directamente la información a su empresa sin la percepción de un "control externo".
El Observador del Vehículo de Empresa (CVO) es una plataforma fundada en el año 2003 con el objetivo de servir de foro experto e internacional para el intercambio de información entre todos los profesionales de la gestión de flotas de vehículos.