La conducción ecológica puede reducir las emisiones de CO2, ayudando a usar menos combustible, pero ¿cómo de significativa es esta reducción y en qué medida es fácil de alcanzar? Fiat ha estudiado miles de desplazamientos realizados por conductores de toda Europa para presentar el primer estudio sobre uso real y situaciones cotidianas.
Los resultados confirman que el eco-driving funciona: como término medio, los conductores eco:Drive han reducido los consumos y las emisiones en un 6%. Además un 10% de los conductores han mejorado su eficiencia en más de un 16%. En la mayoría de casos, los cambios no son temporales: se puede modificar el estilo de conducción a largo plazo.
Los datos incluyen 428.000 trayectos realizados por 5.697 conductores en 5 países (Italia, Francia, España, Alemania e Inglaterra) durante 150 días. Se han comparado también las prestaciones del conductor antes de recibir los consejos de eco:Drive, con las prestaciones medias al finalizar un periodo de 30 días.
Fiat lanzó el proyecto eco:Drive hace dos años para incentivar y ayudar a realizar una conducción más eficiente. A través de la centralita y de la conexión USB de los modelos Fiat, se recogen los datos de conducción, aportando consejos y retos personalizados para mejorar su estilo de conducción .
Al igual que ocurre en otros campos de la eficiencia energética (por ejemplo, el consumo doméstico de electricidad), los fabricantes tienen la responsabilidad ineludible de crear productos cada vez menos contaminantes, más eficientes (bombillas de bajo consumo, por ejemplo); pero también los usuarios deben realizar un uso responsable (no dejar las luces encendidas). Este estudio pone de manifiesto la capacidad que tiene el conductor para mejorar sus hábitos y reducir significativamente la contaminación de las ciudades.
La eco-conducción aporta un ahorro significativo en términos de combustible, CO2 y dinero. La reducción media del consumo de combustible en un periodo de 30 días es del 5,84%. Las mejoras más importantes se han detectado en España (6,01%) y el Reino Unido (5,71%). En Italia se ha registrado una mejora inferior (2,63%).
De media, el eco-driving permite ahorrar anualmente 133 kg de CO2 y 80 € de combustible. Para el 10% de los mejores eco-drivers, estos valores alcanzan 354 kg de CO2 y 211 € de combustible. A lo largo de la vida útil del automóvil (7 años y medio), el ahorro económico alcanza entre los 600€ y los 1.600€ euros.
¿Qué resultados se podrían obtener en Europa si todos utilizaran el eco-driving? El combustible ahorrado anualmente equivaldría a 5 veces la producción anual de petróleo de la instalación de perforación más grande del mundo; las emisiones de CO2 serían equivalentes a las que se producen anualmente en Portugal; y el dinero sería el mismo que el total de la inversión europea en energías renovables en 2009. Obviamente, esto es una utopía, pero proporciona una idea de la potencia del eco-driving si se convirtiera en el estilo de conducción común.
En qué fallamos y diferencias por países
En el estudio se han calculado las prestaciones de los conductores basándose en cuatro indicadores (cambios de marcha, velocidad, aceleración y desaceleración) usados para obtener un valor eco:Index para cada trayecto. Este es el valor que mejora en el tiempo. El eco:Index medio inicial de todos los conductores (antes de recibir consejos personalizados y obtener mejoras) es de 59,2 sobre 100. Este índice varía de modo considerable en varios países, desde un 61,8 para el Reino Unido y hasta el 56,6 alcanzado en España.
El eco:Index se calcula midiendo cuatro rasgos del estilo de conducción. Para cada uno de éstos, los conductores reciben una puntuación:
- Aceleración: la carga del motor y el consumo de combustible aumentan en función de la presión ejercida en el pedal del acelerador. Las aceleraciones suaves y menos frecuentes reducen el consumo de combustible.
- Desaceleración: si no es gradual será necesario más combustible para volver a acelerar. Anticipar las desaceleraciones y reducir la velocidad de manera más gradual permitirá consumir menos.
- Cambios de marcha: para que el motor siga funcionando en las mejores condiciones, los conductores deben incrementar la marcha en el menor tiempo posible para evitar interrupciones del empuje.
- Velocidad: una constante y moderada garantiza la máxima eficiencia en los consumos.
Los datos muestran que, de media, los conductores alcanzan las prestaciones más altas en términos de velocidad y desaceleración, mientras que las mejoras más significativas se refieren al cambio de marchas, seguido por la aceleración. Estos dos factores son los que se modifican, por tanto, con mayor facilidad. Además, el peso relativo (importancia) de cada componente para el eco:Index total aporta una alentadora conclusión: los cambios de marcha y las aceleraciones representan más del 60% del ahorro total que se puede alcanzar (respectivamente el 31% y el 29%). El potencial de ahorro y eficiencia es, por lo tanto, considerable.
Conductores mejores
Las técnicas de eco-driving pueden producir un cambio real en el comportamiento, modificando a lo largo del tiempo las características de los trayectos y las modalidades de conducción. Los eco-drivers conducen con más fluidez y realizan menos paradas.
El uso de eco:Drive no influye en la frecuencia de uso del automóvil, el tipo o la duración de los trayectos. Pero sí se detectan cambios significativos en otras características (duración, velocidad y tiempo con el vehículo parado).
En primer lugar, los eco-drivers no son más lentos que el resto de los conductores, sino todo lo contrario. De media la duración de los trayectos tiende a disminuir (aproximadamente el 3,3%), en estrecha relación con el aumento de la velocidad media, que es de un 2,4%, incluyendo el tiempo que el vehículo está parado. De hecho, los eco:Drivers logran disminuir esos intervalos en un 13%.
Planificación urbanística
Todos los países mejoraron, a pesar de que los obstáculos a la conducción ecológica son muchos, empezando por los atascos, que ponen en evidencia cómo una velocidad media demasiado baja corresponde a una eficiencia del motor reducida. El dato sorprendente aquí es el margen de mejora: si en una ciudad como Madrid se lograrse un tráfico más fluido, con un aumento de la velocidad media de sólo 5 km/h, el ahorro en emisiones de CO2 llegaría 9%.
La investigación confirma también que hay países en los cuales es más fácil aplicar las reglas del eco-driving. Por ejemplo, Alemania tiene la más alta velocidad media (34,3 km/h) y el más bajo tiempo medio de detención con el motor encendido (6 minutos por día). Los países con tráfico más denso parecen ser Italia y España, con velocidades medias alrededor de 31 km/h y detenciones no deseadas de 9/10 minutos al día.