“Las ciudades necesitan comenzar a planificar ya la reingeniería de sus infraestructuras para hacer frente a una población mucho mayor de la que actualmente soportan”, concluye un nuevo informe lanzado a principios de diciembre por Forum of the Future, una organización con sede en Reino Unido y basada en el desarrollo sostenible.
Megacities on the move (Megaciudades en movimiento) es fruto de una colaboración entre Vodafone, la fundación FIA para el Automóvil y la Sociedad y Embarq, Centro para el Transporte Sostenible del Instituto de Recursos Mundiales, y busca promover pensamientos en torno a las siguientes cuestiones:
¿Cómo viajará la gente en las ciudades del futuro?
¿Cómo se gestionarán las necesidades de billones de urbanitas sin amenazar la estabilidad del planeta?
¿Cómo podemos planificar ahora nuevos modos de vida más sostenibles en un mundo radicalmente diferente?
El informe responde a las tendencias clave en la urbanización y en el crecimiento de la población: Para 2040, dos de cada tres personas vivirá en las ciudades y la población urbana crecerá de los 3.5 billones a los 5.6 billones de personas. El número de megaciudades -áreas urbanas con más de 10 millones de personas- continuará aumentando, principalmente en Asia, América Latina y África.
Basado en la información obtenida a través de entrevistas, talleres y evaluaciones cruzadas, el informe destaca seis posibles soluciones para obtener una movilidad urbana sostenible o más específicamente, para ayudar a los ciudadanos de las urbes a satisfacer sus necesidades de movilidad sin que ello suponga una amenza para el planeta. El informe también ofrece cuatro posibles escenarios, basados en el uso y gobernanza de la energía, de cómo debería ser el mundo en 2040.
Finalmente, el estudio ofrece un perfil general de cómo dirigir un taller de trabajo en las ciudades para identificar desafíos, oportunidades y soluciones potenciales para prepararse para un mundo que se urbaniza a pasos agigantados. La información está pensada para que sirva de guía con el fin de ayudar a los gobiernos de las ciudades, urbanistas y gestores de transportes a pensar en cómo moverse hacia un mundo más sostenible.
Las soluciones
El informe ofrece seis recomendaciones principales:
- Integrar, integrar, integrar. Las ciudades necesitan considerar el transporte, la planificación urbana, los negocios, los servicios públicos, el suministro de energía y de alimentos no como aspectos aislados, sino como parte de un mismo sistema integrado donde la gente tenga la opción de elegir, con flexibilidad, para proporcionar soluciones de movilidad a largo plazo.
Sin desarrollar, implementar y operar sistemas de transporte en concierto con otros sectores, los sistemas de movilidad no cumplirán su cometido medioambiental, de accesibilidad y mejora de calidad de vida en las ciudades.
Darío Hidalgo, ingeniero senior de Transporte en Embarq, afirma que “la integración ofrece grandes sinergias. En una intervención como la introducción de un sistema de autobuses de tránsito rápido, si se unen políticas de para desincentivar del uso del vehículo privado, los impactos son mucho mayores que si se planifican políticas o sistemas de forma aislada. Por ejemplo, la implementación de autobuses híbridos sin políticas de apoyo a la prioridad de tránsito reducirá emisiones, pero no reducirá tiempos de traslado. Así, la ocupación de espacio y el coste de la congestión del tráfico no será sostenible.
Las ciudades pueden evitar el flujo innecesario de vehículos a través de medidas como el desarrollo orientado al tránsito (TOD) y el teletrabajo; el cambio hacia modos más eficientes y seguros, como caminar, montar en bicicleta y el transporte público y, por último, mejorar los vehículos e incrementar la eficiencia de los combustibles incorporando, por ejemplo, estándares LEED.
Los TOD (del inglés Transit-oriented development) buscan maximizar el acceso peatonal y del transporte masivo mediante sistemas centralizados de transporte ubicados en zonas de alta densidad de uso de suelo residencial, comercial y de oficinas, a través de soluciones que favorecen la circulación peatonal, y de transporte masivo, considerando factores ambientales, de eficiencia de servicios, factores culturales, sociales, históricos, así como de paisaje urbano, y siempre tomando en cuenta el adecuado y uso del suelo y funciones urbanas.
- Hacer de la pobreza una prioridad. Los sistemas de movilidad urbana deben asegurar que los bienes y servicios, así como las oportunidades de trabajo, están abiertas a todos. Esto no significa necesariamente adaptar soluciones a medida para las personas y barrios más desfavorecidos, sino democratizar el acceso a sistemas de transporte de masas también en este tipo de barrios, con precios accesibles y asegurando la accesibilidad a discapacitados físicos.
Ejemplos de ello los encontramos en ciudades como Medellín, en Colombia, o Caracas, en Venezuela, donde se han implementado sistemas de transporte como el teleférico, que conecta los barrios más desfavorecidos con el corazón de la ciudad y que además, son indicados para ello puesto que estos barrios se suelen ubicar, por lo general, en emplazamientos elevados en la periferia de las ciudades, donde además hay una ausencia de infraestructuras (caminos, carreteras), que permitan el desarrollo de otros modos de transporte de forma eficaz.
Sin embargo, estas necesidades se pueden encontrar en otras ciudades consideradas más avanzadas. En Nueva York, considerada la mejor del país en cuanto a sistemas de transporte accesibles, un reciente estudio del Pratt Center reveló que los trabajadores con menos ingresos de la ciudad hacen los recorridos más largos para acudir de forma habitual de casa al trabajo y viceversa, ya que los elevados costes de las viviendas en la Gran Manzana han obligado a los residentes a vivir alejados del eficiente sistema de transporte suburbano que circula por las entrañas de la isla. La solución en Nueva York ha sido implementar sistemas de autobús de tránsito rápido y nuevas rutas de autobuses que reduzcan el aislamiento de ciertos barrios periféricos.
Del mismo modo, es preciso habilitar tarifas para el acceso al transporte público baratas y accesibles para las personas más desfavorecidas, evitando que las tarifas se fijen en base a la distancia recorrida para evitar penalizar a las personas con menores recursos económicos, que son las que suelen vivir en zonas más alejadas al núcleo urbano.
- Ir más allá del coche. Las ciudades necesitan ser diseñadas para las personas, no para los coches, y proponer formas alternativas de transporte.
En ciudades de Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo se percibe un cambio en la tendencia hacia la adopción de medidas más sostenibles como el carpooling y el carsharing. A ello se unen políticas de promoción e el uso de transportes más ecológicos y económicos como la bicicleta e incluso, caminar.
En cualquier caso, se necesita que el cambio en la tendencia vaya acompañado de un menú de alternativas que permitan al conductor optar por otros modos de transporte, junto con medidas que hagan del uso del vehículo privado algo incómodo y caro, pues se prevé que actualmente existe un billón de propietarios de vehículos particulares y que esta cifra se duplicará en las próximas décadas.
En este sentido, el informe destaca el ejemplo del sistema Pico y Placa implantado este año en la ciudad ecuatoriana de Quito. Se trata de una medida que consiste en restringir la circulación de ciertos vehículos durante seis horas cada día, de acuerdo con el último dígito de su matrícula, lo que ha permitido reducir el tráfico en horas punta hasta en un 30%, promoviendo además conductas como el carpooling y carsharing.
Otro ejemplo es el de la ciudad francesa de Lyon, que ha gestionado el desarrollo de un sistema de transporte multimodal que incluye el suburbano, el metro ligero, el bus de tránsito rápido y la bicisharing. Transportes en Común de Lyon (TCL), la agencia de Transporte en la ciudad francesa, gestiona todo el sistema de transporte, facilitando al usuario la intermodalidad, al tiempo que se han rediseñado las calles para hacerlas más pedestres y accesibles a la red de transportes.
- Conexión a redes IT. La tecnología de la información puede crear vehículos más eficientes, sistemas de transporte mejor integrados y soluciones online y de telepresencia que ahorren viajes innecesarios, que ayuden a reducir la congestión del tráfico y los riesgos de accidente.
- Repostar nuestros vehículos. El cambio climático y los precios crecientes del crudo significa que necesitamos enfocarnos en la eficiencia energética y transformar el modo en que propulsamos nuestros vehículos desde el petróleo a las energías renovables y combustibles de bajas emisiones de carbono.
- Cambiar la conducta de la gente. Las infraestructuras y la tecnología no son suficientes; necesitamos crear nuevas normas sociales que animen a seguir estilos de vida más sostenibles y menos contaminantes.
Sin duda, el informe quiere trasladar un mensaje claro para crear un mundo donde todas las ciudades piensen más cuidadosamente acerca de cómo integrar la planificación urbana, la movilidad peatonal y por medio de la bicicleta, los medios de transporte y las tecnologías para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Los escenarios
El informe ofrece cuatro posibles escenarios para el futuro de las ciudades, que describe de la siguiente forma:
- Planned-opolis: En un mundo de combustibles fósiles y de energía cara, la única solución pasa por un transporte urbano muy panificado y controlado.
- Sprawl-ville: Ofrece el peor escenario. La ciudad está dominada por coches propulsados por combustibles fósiles y la mayoría de los habitantes de las ciudades se enfrentan a infraestructuras de transporte pobres.
- Renew-abad: Plantea el mejor escenario, donde el mundo se ha fijado en las energías alternativas y los transportes ecológicos, bien planificados y dotados de alta tecnología ayudan a a satisfacer las necesidades de movilidad.
- Communi-city: El mundo se ha fijado en las energías alternativas y existe una gran variedad de modos de transporte que compiten por su espacio.