Como sucede con la práctica totalidad de sectores vinculados a la movilidad y a las flotas de vehículos, el gremio del taxi está también destinado a reinventarse, no ya sólo en el ámbito ecológico y medioambiental, disponiendo de vehículos cada vez menos contaminantes y eficientes, lo que redundará no sólo en beneficio de todos, sino también en la economía de estos profesionales del volante, sometidos a día de hoy, en gran medida, al precio de los carburantes y de los costes de mantenimiento de sus coches.
También, en una oferta más amplia de servicios al usuario que no sólo comprende sistemas de pago electrónico, sino también sistemas de conexión inteligentes, vía SMS y tecnología GPS que permiten agilizar y mejorar la disponibilidad del servicio y su acceso por parte de los clientes.
Sin duda, en las ciudades, cuando se habla de transporte público no se puede obviar el servicio de taxis, por cuanto supone una forma eficiente y rápida de trasladarse (aunque en ocasiones, el tráfico urbano supone una merma en estas ventajas), cuyo sobreprecio respecto a otros sistemas públicos está ligado también a la comodidad del servicio puerta a puerta que ofrece a sus clientes.
Carsharing y carpooling
La utilización del taxi comparte ciertas sinergias con el sistema de carsharing, pues en ambos servicios, el usuario paga por uso, con la salvedad de que en el primer caso, el servicio incluye conductor. Asimismo, ambos basan su oferta en la flexibilidad a la hora de disponer del servicio y su uso se basa en necesidades puntuales.
Junto con el carsharing, el concepto de carpooling o coche compartido adquiere cada vez mayor relevancia en el servicio de taxis. Si bien es cierto que este sistema se emplea desde hace tiempo de forma espontánea por grupos de personas (una práctica tradicional de la noche festiva en las urbes) que se conocen y que comparten taxi para desplazarse de un punto a otro de la ciudad, ha empezado a integrarse como un servicio más en la oferta de flotas de taxis.
De hecho, existen servicios en España como “Compartiendotaxi.com”, que ayuda a encontrar personas con las que compartir su trayecto en taxi y hacerlo más económico.
En Murcia, por ejemplo, la cooperativa Radio Taxi, a la que pertenecen más de 200 taxistas y que tiene la representación del 80% del sector en la región, promociona este servicio con anuncios en prensa y en su página web, en la que se puede leer: «Radio Taxi te aconseja utilizar el taxi compartido para rentabilizar tus gastos. Así todos nos ayudamos».
En cualquier caso, este sistema cuenta con seguidores y detractores en el gremio del taxi, pues mientras unos ven el taxi compartido como una solución imaginativa en épocas económicas delicadas como la actual, donde compartir este servicio puede ser un incentivo para que los pasajeros se decanten por el taxi frente a otros modos de transporte, otros ven con recelo que varios desconocidos puedan compartir un mismo taxi y por otro lado, lo asumen como una medida que va en contra de sus intereses económicos al cubrir en un único trayecto las necesidades de movilidad de varios potenciales clientes.
Lo cierto es que el carpooling ha demostrado que se trata de un servicio que cada vez gana más adeptos y lo interesante es profesionalizarlo a través de iniciativas como la de Radio Taxi en Murcia o a través de ejemplos como el de Nueva York, que ha aprobado este año una norma para regular el taxi compartido y que permite a cuatro personas utilizar un mismo cab amarillo para trasladarse desde la parte alta de Manhattan hasta el centro de la ciudad y así, pagar menos.
El viaje, que supone una tarifa plana de entre tres y cuatro dólares (entre 2,2 y 2,9 euros) por persona, sólo puede realizarse en hora punta, entre las seis y las diez de la mañana, los días laborables. El precio de este mismo recorrido, en solitario, puede superar los 15 dólares. La corporación municipal de la Gran Manzana, que de este modo busca reducir las emisiones a la atmósfera, ha analizado el tráfico en la hora punta para detectar las zonas de más congestión, y ha establecido tres rutas fijas para el carril del taxi compartido. Todas finalizan en la estación ferroviaria Grand Central. Los viajeros tienen que acercarse a tres paradas para coger el vehículo, aunque pueden bajarse en cualquier punto, sin tener que llegar necesariamente hasta el final.
Otras iniciativas interesantes son la que ha puesto en marcha la aerolínea Virgin Atlantic, que ha desarrollado Taxi2 (www.taxi.to), una red social que permite que los pasajeros se conecten entre sí para combinar un viaje en taxi compartido en el caso de que realicen el mismo vuelo y, una vez en tierra, vayan a direcciones cercanas.
Por el momento, la red funciona sólo en los aeropuertos JFK de Nueva York y LHR de Londres, aunque es probable que la aerolínea amplíe el servicio.
Para mayor seguridad, Taxi2 permite imprimir una fotografía de la persona con la que se compartirá el taxi e incluso, tiene en cuenta a mujeres que sólo quieren viajar con otras mujeres.
El usuario como protagonista
Desde luego, el usuario final, que es quien al final decide coger un taxi para su desplazamiento urbano, es el principal protagonista a la hora de saber qué tipo de vehículo quiere que le preste este servicio. Al respecto, una de las iniciativas más llamativas es la que está llevando a cabo en torno al taxi es la del ayuntamiento de Nueva York, de la que informamos en esmartcity el pasado 19 de noviembre.
En 2007, la alcaldía neoyorquina convocó representantes de los taxistas, propietarios y pasajeros a participar en un concurso de ideas, bautizado como “el taxi del futuro” y destinado a crear el vehículo público perfecto para circular por la ciudad de los rascacielos. En diciembre de 2009, el gremio del taxi amplió esta “solicitud de propuestas,” invitando a los fabricantes de automóviles y diseñadores presentar sus ideas.
Actualmente, son tres los modelos que compiten por ser el taxi del mañana en la ciudad de Nueva York y los tres son de estilo furgoneta. El primero es del modelo Transit Connect de Ford y estará equipado para dar servicio a reproductores de MP3, al tiempo que contará con un maletero que incrementará su capacidad respecto del modelo que ya se comercializa para poder dar mejor servicio al pasajero.
La japonesa Nissan ofrece su modelo NV200, que ya se utiliza en Japón como taxi, es el más espacioso de los tres modelos finalistas y además, está llamado a convertirse en un vehículo totalmente eléctrico en pocos años.
El tercer finalista es un modelo presentado por la empresa turca Karsan, un minivan con techo panorámico que tendrá la tecnología necesaria para ofrecer conexiones wifi y será accesible para sillas de ruedas.
El modelo ganador comenzará a recorrer las calles de Nueva York a partir de 2013 y lo hará, al menos, durante una década según las condiciones redactadas para el concurso.
Otra ciudad que está apostando fuerte por el taxi ecológico es Londres, que ya ha dado a conocer entre sus potenciales usuarios el taxi que entrará en servicio en 2012 para las Olimpiadas de la capital británica.
La nueva generación del típico taxi negro londinense es mucho más ecológica y funciona con un sistema de célula de combustible de hidrógeno de Intelligent Energy, en combinación con baterías de litio-polímero. El vehículo puede alcanzar una velocidad máxima de 128 km/h y tiene una autonomía de más de 400 km con el depósito lleno de hidrógeno, con lo que las únicas emisiones que produce son de vapor de agua.
Puede estar en marcha todo un día sin necesidad de repostar y el depósito se llena en unos cinco minutos. El nuevo taxi aún no se encuentra disponible comercialmente y debe someterse a pruebas en pista y carretera antes de poder circular por vías públicas. Intelligent Energy ha creado este vehículo en colaboración con Lotus Engineering, London Taxis International y TRW Conekt, con los 5,5 millones de libras aportados por el Consejo de Estrategia Tecnológica, una institución pública británica.
Combustibles ecológicos
Si bien es cierto que fruto del concurso lanzado por la alcaldía de Nueva York se desprende que la mayoría de los usuarios que opinan en la web www.taxioftomorrow.com querría que los taxis de su ciudad fueran eléctricos, aún queda un camino por recorrer para garantizar la fiabilidad del servicio de recarga y una oferta lo suficientemente amplia y atractiva para el profesional del taxi.
Pero además de la propulsión eléctrica, el gas natural vehicular (GNV) o comprimido (GNC), el biodiésel o el gas licuado del petróleo, mezcla de butano y propano y conocido como autogas, son algunas de las alternativas ecológicas presentes en el mercado.
El AutoGas, una mezcla de propano y butano, es el carburante alternativo más utilizado en el mundo. Es un combustible ecológico y seguro, de implantación inmediata, que permite un considerable ahorro económico respecto a otros carburantes convencionales.
Repsol desarrolla actualmente en España un proyecto para la implantación de 80 puntos de venta de gas licuado para automoción (AutoGas) a lo largo de 2010, algunos de los cuales ya están operativos, como el de la estación de servicio de la Villa Olímpica de Barcelona, y la estación de servicio de Barajas T2, en Madrid.
Antes de que acabe 2010 se estima que habrá ya en la capital malagueña 40 taxis propulsados con motor AutoGas.
En nuestro país se comercializan de fábrica cerca de una veintena de modelos de coches bifuel, que también pueden utilizar gasolina indistintamente a voluntad del conductor.
Pero el gran salto tecnológico para el taxi en favor del medio ambiente ha venido dado hasta ahora por la tecnología híbrida, cuyos motores combinan una batería eléctrica con un motor de combustión interna que mueve un generador. En el caso de los que combinan gasolina y electricidad, cuando el motor de combustión interna funciona, lo hace con su máxima eficiencia. Sus principales ventajas son el ahorro económico y la protección y mejora del medio ambiente.
El consumo medio de los vehículos híbridos está por debajo de los 5 litros cada 100 kilómetros. Para un conductor de un taxi que realice 80.000 kilómetros al año en su mayoría en ámbito urbano, supone un ahorro en combustible de 1.808 litros al año, evitando la emisión a la atmósfera de más de 4,16 toneladas de CO2. Por debajo de 60 km/h el vehículo circula gracias al motor eléctrico, por lo que en trayectos urbanos la contaminación se reduce a cero.
Ya son muchas las ciudades que siguiendo el ejemplo de Madrid, Barcelona o Córdoba, que se alza como la capital andaluza con una mayor porcentaje de taxis con este tipo de motor, han empezado a incorporar estos vehículos a sus flotas de taxis.
De hecho, recientemente se informaba de que 32 taxistas de la ciudad de Vigo ya han sustituido sus antiguos automóviles por modelos híbridos, impulsados por energía eléctrica y carburante, con ahorros que pueden alcanzar los 1.200 euros anuales sin contar las operaciones de mantenimiento, que desaparecen gracias al sistema automático.
Lo cierto es que no hay taxista que tras haber probado las mieles de un vehículo híbrido no jure que ya nunca más se apeará de esta tecnología en su herramienta de trabajo.
Nuevas oportunidades de negocio
Las empresas propietarias de flotas de taxis ya han asumido la ecología como una posibilidad de ofrecer un valor añadido a sus clientes y de paso, a la sociedad en general. En una ciudad como Barcelona, por ejemplo, que tiene unos 2.000.000 coches, si el 10% fuera híbrido o gas natural licuado, se ahorrarían 75 millones de litros de carburante y se dejarían de emitir a la atmósfera 200.000 toneladas de CO2.
Por ello han surgido ejemplos como la empresa Ecotaxi Barcelona, que está formada por un equipo de taxistas profesionales que operan con una flota de taxis en la Ciudad Condal y toda su Area Metropolitana, ofrece este valor añadido y cuenta para ello con una flota de vehículos de taxi ecológicos al objeto de minimizar el impacto medioambiental derivado de la prestación de servicios de taxi.
Todos sus vehículos incorporan una tecnología respetuosa con el medio ambiente y están propulsados por Gas Natural Comprimido (CNG). El consumo equivale a la mitad de un motor gasolina y un 30% menos que un diesel, al tiempo que emiten un 80% menos de óxido de nitrógeno que un diesel y un 25% menos de dióxido de carbono que uno de gasolina, además de no emitir partículas sólidas.
Con todo ello, la ecología se presenta, sin duda, como una oportunidad para generar nuevos negocios y servicios para el usuario que redundarán en una mejora de la calidad medioambiental de las ciudades y cuyo desarrollo es ya un hecho no sólo en España, sino en el resto de grandes urbes del mundo.