Correos ya ha incorporado la flota de 80 bicicletas eléctricas que adquirió a mediados de año, las cuales han sido adjudicadas a las carterías de las principales capitales de provincia de todo el territorio nacional. Dichos vehículos ya se utilizan en el reparto urgente de correspondencia y paquetería, especialmente en cascos históricos protegidos, centros urbanos peatonales y áreas residenciales, facilitando la labor del cartero en zonas a las que ahora debe acceder transportando a pie y de forma manual el gran volumen de envíos postales que en ellas reparten.
Esta nueva iniciativa supone una importante renovación de la flota, pues las bicicletas sustituyen también a motocicletas de combustión, y se suma a otras impulsadas por la empresa postal pública cuyo objetivo es contribuir en lo posible a la reducción de impactos medioambientales.
El modelo de bicicleta elegido es muy ergonómico y resistente y ha sido adaptado para optimizar al máximo las labores de reparto. Entre otras características, posee dos alforjas, de 22,5 litros cada una de capacidad, y de una cesta frontal que posibilita al cartero un acceso fácil y cómodo a la documentación. Disponen, asimismo, de un sistema de pedaleo asistido, con acelerador de potencia variable, y de un sistema de cambios de desarrollo compuesto por seis marchas para seleccionar la distancia que se recorrerá en cada pedalada, de forma idéntica al de las bicicletas tradicionales.
La batería de litio tiene una autonomía de 40 km cuando se utiliza sin carga y entre 25 y 30, con carga, y su manejo resulta muy cómodo y sencillo a la hora de extraerla para enchufarla a la red y volver a colocarla. El tiempo de carga total de la batería es de tan sólo cuatro horas y se lleva a cabo utilizando una toma de corriente convencional, aunque también existe la posibilidad de cargarla parcialmente para realizar pequeños recorridos. Cuenta, además, con una vida útil de 500 cargas (lo que equivale aproximadamente a tres años) y con un sistema inteligente que corta la fuente de alimentación una vez que la batería está cargada.
Por otra parte, la bicicleta dispone de una llave con tres posiciones: el motor activo y la batería bloqueada, el motor desactivado y la batería bloqueada (para aparcarla en la calle y evitar el robo de la batería) y el motor desactivado y la batería desbloqueada (para extraer la batería y cargarla). Resulta muy útil la función que ofrece la posibilidad de desplazar el vehículo caminando, sin realizar ningún esfuerzo, a una velocidad de 6 km.
Además de su gran movilidad, las bicicletas eléctricas disfrutan de una dilatada vida útil y un menor coste de utilización y mantenimiento que otros vehículos, lo que se traduce en más horas de trabajo y mayor calidad del servicio. Estas ventajas se añaden a las medioambientales, pues al no utilizar combustible no existen efectos contaminantes y además no generan ruidos.