En España, si el Gobierno apostara firmemente por el uso de vehículos más eficientes, se podría evitar la construcción de los pozos de petróleo proyectados en aguas profundas en el territorio español, cerrar los existentes y reducir las importaciones de crudo debidas a este sector en un 8%. Además, el ahorro económico anual en importaciones de crudo asociado a esta medida se cuantificaría en 2.700 millones de euros.
Así lo ha señalado en un comunicado Greenpeace, que afirma que el primer paso para ello es que España apoye firmemente en el Parlamento Europeo, el próximo 28 de septiembre, límites de emisiones para los vehículos comerciales ligeros de 125 gCO2/km para 2020, toda vez que estos vehículos son responsables de entre el 6 y 7% del consumo de petróleo europeo y se prevé que esta cantidad aumente al 17% para 2020, si no se toman medidas al respecto.
Del mismo modo -añade el comunicado-, deberá promover que la Unión Europea adopte estándares de emisión más ambiciosos también para los coches: 80 gCO2/km (2 l/100km) para 2020.
Según los datos aportados por Greenpeace, la producción interna de petróleo en España cubre tan sólo el 0,16% de la demanda nacional de crudo. Repsol plantea dos nuevos proyectos de pozos en aguas profundas asociados a la plataforma petrolífera Casablanca (frente a la costa de Tarragona). Si se pusieran en funcionamiento estos dos nuevos pozos, la extracción total de crudo en España cubriría tan solo el 0,6% del total, cifra que Greenpeace afirma que se puede sustituir fácilmente por medidas de eficiencia energética en los vehículos, evitando así el riego asociado a la exploración y explotación de este tipo de yacimientos.
"Greenpeace ha demostrado que es viable y necesario emprender el camino hacia un futuro libre de petróleo, exigiendo vehículos más eficientes", ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte del grupo ecologista.