La Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) de Estados Unidos ha dado a conocer una propuesta de ley para que cada vehículo incluya en su ventanilla una etiqueta que informará sobre consumos y emisiones y que de aprobarse establecerá por letras, desde la A+ hasta la D, su calificación medioambiental a partir de 2012.
La existencia de una etiqueta de eficiencia energética en vehículos y camiones ligeros nuevos no es nueva en Estados Unidos, donde lleva presente tres décadas, pero la aparición en el mercado de nuevas tecnologías de propulsión y de combustibles alternativos, además de la gasolina y el diesel, está detrás de esta nueva medida de calificación, para la que la EPA, en colaboración con el Departamento de Transporte y el de Energía, ha propuesto dos nuevos diseños de etiquetas de eficiencia de combustible para que los usuarios puedan aportar su opinión al respecto.
Una de las etiquetas difiere de la actual en la calificación a base de letras. Esta etiqueta también indica cuáles son los costes en consumo de combustible/año y cuánto se podría ahorrar el usuario en un plazo de cinco años en comparación con el vehículo promedio. En un vehículo eléctrico, cuya etiqueta es verde, se informa además de qué distancia puede recorrer con una simple carga de batería.
Según la propuesta de clasificación por letras, un vehículo con rendimiento y emisiones normales recibiría una B. Los eléctricos recibirían una A+ y tres híbridos, el Ford Fusion Hybrid, el Honda Civic Hybrid y el Toyota Prius, obtendrían una A-. Asimismo, modelos como el Nissan Leaf aún no han sido certificados por la EPA.
El vehículo de pasajeros más vendido en EE.UU., el Toyota Camry, obtendría una B ó B-, dependiente de la motorización, y las versiones híbridas del Camry tendrían una B+.
En cuanto a los vehículos de lujo, el Ferrari 599 GTB Fiorana y el Mercedes Benz Maybach 57 recibirían una D+, mientras que el Ferrari 612 Scaglietti una D, la calificación más baja del plan.
El estilo de la segunda etiqueta de eficiencia de combustible se asemeja bastante a la actual. Se basa en vehículos a gasolina y estima las millas por galón para circulación en ciudad o en carretera, así como los costes de combustible anuales. También compara la eficiencia del vehículos en relación con otros.
Los fabricantes han mostrado su desacuerdo con la medida, que en su opinión podría afectar a la venta de vehículos.