Este nuevo desarrollo, con capacidad para 29 personas sentadas, será una de las opciones de transporte en la capital brasileña durante la celebración de la Copa del Mundo de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016 y cuenta con el patrocinio de la Federación de Empresas de Transporte de Pasajeros de Río de Janeiro (Fetranspor).
Lo que diferencia a este vehículo de otros que circulan por Europa, por ejemplo, es que sus pilas de combustible pueden ser abastecidas tanto por hidrógeno como por la red eléctrica común. Además, el autobús está equipado con un sistema de freno renenerativo.
Como resultado de ello, el autobús ofrece una eficiencia energética mucho mayor que la de los convencionales a diésel, explica Paulo Emílio Valadão de Miranda, coordinador del Laboratorio de Hidrógeno de Coppe, quien además destaca como cualidad la ausencia de ruido del vehículo cuando se desplaza.
El hidrógeno que utiliza el autobús es almacenado en dos cilindros con un tubo interno de aluminio, revestido por un polímero de alta densidad y sujeto con fibra de carbono, que permiten el almacenamiento de hidrógeno a 350 bares, una presión más elevada que la que se emplea habitualmente, señala Valadão, quien añade que el autobús carga 15 kg de hidrógeno en los dos cilindros, que le dan una autonomía de 300 km.
Por el momento, circula un prototipo del vehículo por la ciudad universitaria, transportando alumnos, profesores y funcionarios y se prevé que sea en 2011 cuando se pruebe su eficiencia en operaciones diarias de redes de transporte colectivo de pasajeros, en palabras de Segundo Guilherme Wilson, gerente de operaciones de movilidad de Fetranspor.