El vehículo, que ha sido bautizado como Bioescarabajo (Bio-Bug), puede alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h con una autonomía de 400 kilómetros con el depósito lleno.
Los ingenieros de GENeco señalan que los excrementos producidos por 70 hogares al año podrían producir suficiente gas metano como para que el Bioescarabajo recorra una media de 16.000 kilómetros.
Mohammed Saddiq, director general de GENeco, se ha mostrado confiado en que esta tecnología de aprovechamiento de los excrementos pueda ser empleada en el futuro como alternativa ecológica para propulsar vehículos, y ha añadido que si todo el biogás producido en la planta de tratamiento de GENeco en Avonmouth (Bristol, Reino Unido) se empleara para propulsar vehículos, se podría evitar la emisión a la atmósfera de 19.000 toneladas de CO2.