La nueva reglamentación ecológica y de seguridad se impondrá en Europa en noviembre de 2012 en los neumáticos de turismos, vehículos comerciales y autobuses fabricados desde el 1 de julio de ese año y traerá importantes cambios, que no afectarán a los vehículos vendidos y fabricados antes de esa fecha.
En 2012 entra en vigor una nueva norma más exigente en seguridad y ecología. Tras varios años de trabajo, la Comisión Europea ha establecido unas pautas mínimas que deberán cumplir las ruedas que se vendan.
La nueva normativa tiene en cuenta tres características de las ruedas. El nivel de resistencia a la rodadura, lo que supone su aportación a la reducción del consumo de los vehículos; la capacidad de frenado en suelos mojados, medida en metros, y el ruido exterior, en decibelios. Todos estos elementos tendrán que estar claramente especificados, atendiendo a distintas categorías, en una etiqueta común para toda la Unión Europea.
Los neumáticos que no cumplan los niveles mínimos establecidos en las tres categorías pasarán a ser ilegales. Según las previsiones del fabricante francés Michelin, hasta el 30% de los neumáticos que se venden actualmente no estarán dentro de la ley dentro de dos años, cuando entren en vigor las nuevas exigencias.
No obstante, la Unión Europea todavía sigue trabajando en establecer los estándares para que los fabricantes puedan realizar las pruebas de una forma homologada. Por ejemplo, aún no se ha fijado la temperatura del firme sobre el que se realicen los ensayos ni tampoco su rugosidad o nivel de adherencia.
Pese a este retraso, las autoridades ya tienen prevista una hoja de ruta que contempla un endurecimiento de las exigencias a partir de 2016. En concreto, que desaparezca la última categoría (la G), lo que dejaría fuera del mercado al 70% de los neumáticos actuales. Además, Bruselas estudia incorporar en esta segunda generación de la normativa información sobre la durabilidad del neumático.
De cualquier manera, y como ha pasado con muchos otros elementos del automóvil, la industria de nuevo ha ido por delante de los legisladores y, desde hace años, los fabricantes de cubiertas se han tenido que adelantar a la normativa para ayudar a las marcas de coches a cumplir las reducciones de consumo y emisiones que les imponía a éstas la UE.
También estaban obligados a ello: la resistencia a la rodadura de los neumáticos supone el 20% del consumo en turismos y el 30% en camiones y vehículos eléctricos. De ahí que algunos fabricantes, lleven años trabajando en ruedas de baja resistencia a la rodadura.