Repsol ha adquirido un 20% de AlgaEnergy, compañía especializada en la investigación con microalgas. El acuerdo complementa y fortalece las líneas de investigación de Repsol en el uso de microalgas para la producción de biocombustibles de segunda generación, y su entrada en el capital de AlgaEnergy acelera y diversifica su estrategia en I+D+i en este campo.
Con esta participación, Repsol toma parte en un proyecto empresarial con base tecnológica y de elevada calidad científica, para la selección, mejora, cultivo y comercialización de diferentes productos derivados de las microalgas, incluida la captura y fijación de CO2, y la obtención de materias primas para la producción de biocombustibles. Paralelamente, Repsol continuará con el desarrollo de otras líneas de investigación en este mismo campo.
Repsol y las microalgas
El pasado mes de abril, Repsol creó la Unidad de Negocio de Nuevas Energías, que tiene el objetivo de identificar oportunidades, promover proyectos y llevar a cabo iniciativas de negocio en ámbitos como la bioenergía y las energías renovables aplicadas al transporte, y a otros sectores que puedan presentar sinergias con los actuales negocios de la compañía en los entornos geográficos en los que opera.
Repsol desarrolla en la actualidad diversas líneas de investigación para el uso de microalgas como fuente de obtención de biocombustibles avanzados. Las microalgas se presentan como una alternativa eficaz para la obtención de biocombustibles, al tratarse además de un recurso no alimentario. Tienen una alta capacidad de fijación de CO2 y de transformarlo en materias primas para la producción de biocombustibles. En los próximos años, será necesario dar los pasos hacia su industrialización, de manera que se alcance su viabilidad técnica y económica a gran escala.
Dentro del Proyecto CENIT PIIBE (Proyecto de Innovación para el Impulso del Biodiesel en España), coordinado por Repsol, las investigaciones de la compañía han demostrado que el uso de las algas para la producción de aceites para combustibles cumple con una doble función: por un lado, absorben las emisiones de CO2 a la atmósfera, y por otro, desarrollan una energía de origen vegetal con cultivos que no interfieren con la alimentación, con lo que se contribuye a combatir dos de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad actual.