El Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, con sede en Blacksburg (Estados Unidos), más conocida como Virginia Tech, ha informado recientemente de un avance en la elaboración de biogasolina a partir de madera o productos de desecho, para su uso como combustible.
Investigadores de la institución norteamericana han logrado estabilizar los componentes inestables de la biomasa a partir de madera y otros compuestos orgánicos, que impedían la utilización de este material como combustible.
La investigación está centrada en el control por separado de la celulosa, la hemicelulosa y la lignina, tres componentes inestables de la biomasa, con el objeto de lograr convertirla en biogasolina y hasta el momento, se han obtenido resultados positivos a través de catalizadores que producen biomasa que puede almacenarse, al menos, durante un año sin que su viscosidad aumente, que es el problema de la biomasa obtenida por métodos tradicionales.
Este adelanto podría suponer el desarrollo de biogasolina para su uso comercial y además, no implicaría el desarrollo de biorrefinerías, pudiendo aprovecharse las refinerías de petróleo y por tanto, las infraestructuras existentes.