Un nuevo estudio, en Alemania, sobre actitudes en transporte y movilidad ha identificado cinco grupos de personas según el modo en que se desplazan. Los grupos difieren significativamente en cuanto a la elección sobre el modo de transporte, la distancia recorrida y el impacto que el modo de transporte elegido tiene sobre el medioambiente en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.
El sector del transporte es responsable de buena parte de los niveles de polución urbana y de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de los estados miembros de la UE. Según la Agencia Europea de Medioambiente, el incremento de niveles de CO2 a través de transporte podría amenazar el cumplimiento de los objetivos comunitarios respecto al protocolo de Kioto.
Campañas de sensibilización y políticas destinadas a la promoción en el uso del transporte público son opciones que los Estados miembros aplican en sus planes de movilidad sostenible. Sin embargo, el éxito depende de cómo se dirijan esas campañas y políticas a los distintos grupos que existen entre los usuarios y potenciales usuarios.
En el estudio se ha entrevistado a 1.991 ciudadanos residentes en tres ciudades alemanas, a los que se les ha preguntado sobre sus hábitos de desplazamiento. Fruto de este estudio, se han extraído cinco diferentes tipos de personas, según su movilidad:
- Personas que rechazan el transporte público y que no están dispuestas a cambiar sus hábitos.
- Usuarios individuales de coche. También rechazan el transporte público, pero son más abiertos a un posible cambio, aunque consideran la privacidad más importante.
- Ciclistas resistentes al clima. Actitud positiva hacia las bicicletas como medio de transporte y que son capaces de pedalear, incluso en las condiciones atmosféricas más desfavorables.
- Usuarios de transporte público sensibilizados con la eco-movilidad. Muy concienciados con las consecuencias del cambio climático.
- Caminantes. Personas muy determinadas a desplazarse a pie. No consideran la movilidad importante y no están abiertos al cambio.
Cada grupo comprende en torno a un 20% de los entrevistados. Resulta poco sorprendente comprobar que los reacios al transporte público (grupos 1 y 2) son los que producen mayor número de emisiones de CO2 (más de 2.000 kg equivalentes por persona y año), mientras que los restantes grupos suman 1.000 kg de CO2 equivalente por persona y año. Obviamente, el último grupo es el que menos emisiones registra, con 500 kg de CO2 equivalente por persona y año.
Los residentes en áreas suburbanas usan el coche más a menudo. Sin embargo, no había diferencias significativas en la distancia recorrida y en el volumen de emisiones entre aquellos que viven en los suburbios y en las zonas céntricas de la ciudad.
Los cinco “tipos de movilidad” tienen una gran influencia en la elección del modo de transporte y las emisiones asociadas y pueden suponer un punto de arranque para que las medidas políticas sobre movilidad enfoquen acertadamente su mensaje para conectar con el público al que se dirijan.